La selección española deberá jugarse mañana a una carta ante Rusia, la actual campeona mundial, su pase a las semifinales del Campeonato de Europa femenino de balonmano después de sucumbir ante Suecia (24-19) en una horrible segunda mitad, en la que acusaron el cansancio.
España, que afrontaba el encuentro con la posibilidad de soñar con las semifinales por primera vez en su historia, aguantó el ritmo de las anfitrionas en el primer acto, que concluyó con empate (10-10), pero en el segundo la gran actuación de Madeleine Grundstrom en la portería y el desacierto de las jugadoras de Miguel Angel Florido impidieron un triunfo que hubiera dejado al combinado nacional muy cerca de unas históricas semifinales.
El equipo acusó la falta de solidez que Florido había reclamado en la víspera y que ya observó debilitada durante el encuentro ante Croacia. A la selección le costó anotar pese a ciertas debilidades del 6-0 de las anfitrionas y los esfuerzos de Macarena Aguilar, mejora jugadora nacional con 6 goles.
El combinado nacional se precipitó además cuando el marcador se le volvió en contra. Primero con un 17-14 que suponía la máxima ventaja hasta entonces de las suecas y luego con un parcial de 5-0 que resultó definitivo para las aspiraciones españolas.
Hasta la segunda mitad había mostrado mayor concentración e incluso, con una Noelia Oncina brillante en los primeros instantes, se llegó a colocar con ventaja de 4-2, aunque las tornas cambiaron superados los primeros diez minutos.
Las riendas que tomaron las suecas con un parcial de 0-4 (7-5) volvieron a compartirse en el tramo final del primer acto, que concluyó con un empate esperanzador aunque España ya no pudo dar más de sí y terminó cediendo ante el empuje de las suecas, que vuelven a arrimarse a la clasificación para semifinales.
