La Real Sociedad vence su primer partido en la Liga

La Real Sociedad tuvo que sufrir para ganar su partido ante un Nàstic que disfrutó de ventaja en dos ocasiones para ganar el partido, pero que terminó perdiéndolo para dar vida en la clasificación a su rival y relevarle en el puesto de colista que abandonan los donostiarras.

Se esperaba una Real enrabietada en busca, desde el principio, de un triunfo que le permitiera mantener esperanzas de salvar la categoría, pero fue el Nàstic el equipo que llevó de inicio mayor peligro y pudo incluso marcar en el minuto uno, en un disparo lejano de Irurzun que elevó las pulsaciones de la sufrida afición local.

Los locales, a medida que transcurría el partido, fueron rebajando su ansiedad y empezaron a jugar al fútbol, buscando casi siempre la banda de Jesuli que, hoy por hoy, es el único jugador desequilibrante que le queda a una formación blanquiazul desconocida. El conjunto catalán, para sacar los colores a la histórica Real Sociedad, se adelantó en el marcador en una de esas jugadas que se enseñan a desbaratar desde infantiles, pero que los guipuzcoanos siguen sin haber interiorizado, tras un saque de falta de David Cuéllar con remate de cabeza del gigante Llera, que se adelantó a los centrales vascos.

Jesuli, precisamente el único futbolista que no entró en el diseño inicial de la plantilla realizada en su día por Bakero, era el único que lo tenía claro y aprovechando un despiste defensivo catalán tuvo, en un gran cabezazo, el empate que no entró a gol por escasos centímetros. La Real se metió en el partido de una forma un tanto surrealista porque su conocida incapacidad para marcar de los donostiarras fue compensada por el Nastic regalando el gol del empate en el minuto 48, obra de Mingo al tratar de impedir un remate de Xabi Prieto. Se celebraba el gol y la afición estaba dispuesta a llevar en volandas a sus jugadores para consumar la remontada, pero para ello todavía debieron de sufrir, ya que un minuto después otro fallo defensivo de los guipuzcoanos permitió el lucimiento de Rubén Castro, para batir por bajo a Bravo y conseguir su tercer tanto de la temporada.

La Real no se dio por vencida y enseguida volvió a lograr el empate, obra de Juanito que compensaba en parte la mala imagen que dio con la pelea que envió al quirófano a su compañero Rossato, y marcaba un tanto de gran valor que significó el despegue de su equipo. El Nàstic se descompensó con este tanto, le entró el miedo y tiró por la borda todo el buen trabajo realizado hasta ese momento, que se vio totalmente ensombrecido con el gol de Rivas, tras una gran jugada de López Rekarte, que significa al menos un balón de oxígeno para los vascos en su lucha por eludir el descenso a Segunda.

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