Una entrada del estadounidense Jimmie Hunter a falta de diez segundos certificó la quinta derrota consecutiva del Estudiantes en la ACB, alejó a los colegiales de la Copa del Rey y prolongó las opciones insulares de acudir a la fase final copera.
El equipo insular aterrizó en el Telefónica Arena convencido de que podía ganar y dispuesto a hacerse respetar. Y de no haber sido por uno de sus ex jugadores, por uno de esos fichajes que se dan a conocer con su camiseta, el estadounidense Will McDonald, lo habría tenido fácil.
Pero McDonald, máximo anotador de la ACB, firmó veintiún puntos en los primeros veinte minutos con unos porcentajes excelentes (9/12 de dos -75 por ciento- y 3/4 en tiros libres -75 por ciento-). El húngaro Kornell David y el estadounidense Jimmie Hunter fueron el contrapeso del pívot colegial. Antes del descanso, el primero anotó once puntos; el segundo doce.
Sin embargo, el Gran Canaria exhibió una gran virtud: jugó en todo momento pendiente de sí mismo. A cada acercamiento local respondía con oportunas series anotadoras que siempre le dieron presencia y tranquilidad (55-63 m.27).
Los insulares taponaron la sangría que les estaba causando McDonald y neutralizaron el amenazante repunte estudiantil que había igualado la partida (57-65) agarrados a los once puntos de Hunter en el tercer cuarto.
Un par de triples a cargo de Carlos Suárez y de Sergio Sánchez lanzaron un nuevo reto para el Gran Canaria (72-75 m.32). La respuesta: dos tiros libres del ítalo-argentino Víctor Baldo y un mate del estadounidense Jackson Vroman conjuraron el peligro y enseñaron la línea de meta a los hombres de Salva Maldonado (72-79 m.33).
David pasó por el arco de triples para amarrar media victoria (80-87), pero el Gran Canaria se dejó empatar (87-87 -canasta de Garnett). Un cara o cruz para un partido trascendente. Hunter lo decantó para el lado insular en una entrada a falta de diez segundos (87-89).
