Lo primero fueron el despectivo retraso y los abucheos. Leonardo DiCaprio se presentó una hora tarde a la rueda de prensa convocada el viernes en Madrid para promocionar Diamante de sangre y los periodistas lo recibieron con gritos como “¡Fuera, fuera!”, “¡Por favor, encima que os hacemos la publicidad gratis!” y “¡No hay derecho!”.
Fue sólo el aperitivo, Porque los periodistas podían haber dejado plantada a la estrella de Hollywood, pero se quedaron allí. Y Di Caprio que lidia con maestria con los medios de comunicación, les dio un baño.
El actor quedó bastante bien, lo que no se puede decir de la prensa. Para juzgar, repasen unos cuantos ejemplos.
CORAZÓN DE PELUCHE
Nada más comenzar el turno de preguntas, una reportera de Telemadrid que dijo llamarse «Africa», levantó el micrófono y dijo que tenía que decirle algo personal a DiCaprio.
Entre los murumullos de los asistentes, el actor le respondió a botepronto: «¿Quieres casarte conmigo?»
Y sin esperar la respuesta, añadió: «Ahora mismo».
la periodista, o lo que fuera, agitó en alto un corazón de peluche, miró a su cámara, gritó “¡Qué emoción!¡Lo conseguí!” y salió corriendo hacia su redacción, a presumir de exclusiva.
FORNICAR EN CUALQUIER SITIO
Al final, después de unos cuantos despropósitos, la reportera de Playboy TV; hipermaquillaje, escote de rigor y minishorts vaqueros, le ha preguntado a Di Caprio: “Después de rodar en sitios raros como África, ¿también ha hecho el amor en sitios raros?”.
El actor la ha mirado como si fuera una pulga o se dedicara a un oficio raro. Enarcó las cejas y sin inmutarse, le espetó: “Bueno, no voy a responder a esa pregunta”.
Trufen todo lo anterior con las gracias del inexorable reportero de Caiga quien caiga, con preguntas de marcianos y el generald esconocimiento del inglés y recen por la profesión.
¡Virgen santa…! ¡Qué tropa!
