Sopena, Pedrojota, Nierga, Sotillos y otros, se quedarían sin chollo


En todos los sitios no cuecen habas. Por lo menos, no tan gordas como el España. En Francia -a diferencia de lo que ocurre aquí-, los analistas políticos no pueden tomar partido. Nada de postular las bondades de uno u otro candidato por las tertulias, como se hace aquí de forma descarada en la Cadena SER, la COPE y en la mayoria de radios y televisiones.

Alain Duhamel, figura casí mítica del periodismo galo y veterano y editorialista, ha sido vetado en radio y televisión hasta que termine la campaña presidencial por por haber apoyado a unos de los candidatos, François Bayrou, de la Unión por la Democracia Francesa (UDF).

No es el único afectado. Dos presentadoras de las cadenas públicas han sido apartadas de su puesto por estar ligadas sentimentalmente a ministros.

Si en España se aplicasen criterios similares, personajes como Enric Sopene, Pedrojota Ramírez, Maria Antonia Iglesias, Ernesto Ekaizer, Margarita Saenz, Gemma Nierga, Eduardo Sotillos, Ignacio Vila y bastantes otros, que salen cotidianamente en debates como «59 segundos y en magazines o debtaes de radio o tv, perderían presencia y sustanciosos ingresos.

Independencia y neutralidad

Para justificar su actitud con Duhamel, la cadena de televisión France 2 esgrime los «principios de independencia y neutralidad» y su deseo de ser «irreprochable» para justificar esta decisión. «Alain Duhamel no participará en la emisión de ‘A vous de juger’ con François Bayrou», dijo en un comunicado tan sólo horas antes de que comenzase el espacio en el que el periodista estrella tenía que entrevistar al jefe del UDF:

«No intervendrá más en espacios de France Television -la cadena pública- hasta el final de la campaña».

Para justificar esta decisión, la cadena esgrime que «Duhamel tomó posición en favor de la candidatura de Bayrou en una reunión organizada por el Instituto de Estudios Políticos de París el pasado noviembre».

Los extractos se difunden en Internet.

En este foro, y ante jóvenes de UDF, Alain Duhamel anunció el regreso de François Bayrou asegurando que es alguien que le gusta mucho y que va a votar por él. Bayrou fue ministro de Educación entre 1993 y 1997.

Menos de dos horas después, la radio RTL anunciaba que había decidido, de acuerdo con Duhamel, suspender el editorial diario que hace el periodista a las 7.40 horas «La decisión está justificada por la polémica que se han generado por sus afirmaciones en esa conferencia», decían.

Eliminar cualquier sospecha de parcialidad
Duhamel, de 66 años, ya había sido privado de sus minutos en antena en la campaña presidencial de 2002 debido al «riesgo de ambigüedad» que suponía el libro de entrevistas que había coescrito con el entonces Primer Ministro, el socialista Lionel Jospin.

La directora de campaña de Bayrou, Marielle de Sarnez, se ha mostrado sorprendida por la decisión de los medios. Asegura que en Francia «se puede apoyar a Sarkozy y Ségolène Royal, pero no al candidato del UDF».

Las encuestas le dan entre el 11% y el 14% de intención de voto, por detrás de Sarkozy y Royal, pero empatado o superando por poco al ultraderechista Jean-Marie Le Pen. Bayrou aboga por un discurso equidistante de los dos grandes bloques políticos.

Ésta no es la única persecución a la imparcialidad emprendida por los medios franceses. Dos presentadoras de informativos de la televisión pública, unidas sentimentalmente a políticos, también han sido apartadas de las cámaras hasta que termine la campaña.

Se trata de Béatrice Schoenberg (Francia 2), esposa del ministro de Cohesión Social, Jean-Louis Borloo, y Marie Drucker (Francia 3), vinculada al ministro en Ultramar, François Baroin.

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