(PD/EFE).- El Liverpool es un equipo que es capaz de lo mejor y de lo peor. En esta ocasión le tocó vivir una importante victoria en el Nou Camp, que le sirve para afrontar el partido de vuelta con tranquilidad y con una importante renta de cara a certificar el pase a cuartos de la Liga de Campeones. Los dos últimos reyes de Europa se enfrentaron en un intenso duelo de gigantes, en el que los españoles partían sobre el papel como favoritos.
La sombra de Eto’o, que supuso un duro revés en los útimos días, pedaleó sobre el conjunto de Rijkaard. Ninguno de los gigantes se conformaban con el empate. Este Barça da palos de ciego. Esta temporada ha aparecido con cuentagotas. Pagó caro tratar de tú a tú a la maquinaria inglesa. El Barça rompió la excepcional racha positiva en competiciones Europeas.
Dos errores, uno de Víctor Valdés, en el primer tiempo y otro de Rafael Márquez, en el segundo, han puesto al Barça, al campeón de Europa, contra las cuerdas. El Liverpool tuvo suficiente con un fútbol ordenado para acabar con los azulgrana, que se la jugarán a una carta en el difícil Anfield.
Sin embargo, el Barça comenzó imponiéndose. Deco, el mejor del conjunto azulgrana, inauguró el marcador pero, cuando todo apuntaba que se iban a marchar a los vestuarios con una inmejorable ventaja después del juego exhibido, un extraño gol de Bellamy levantó los nervios del Barça, que había echado por tierra una gran primera mitad.
Saltaron ambos equipos con las pilas puestas. El Barcelona, acelerando grotescamente el ritmo de juego, pero todas las aspiraciones se desvanecieron cuando Riise aprovechó un despiste de la zaga azulgrana para colocar el definitivo 1-2 en el marcador, complicando la eliminatoria para los de Rikaard.
AMBOS ESTUVIERON MUY POR DEBAJO DEL NIVEL ESPERADO
No es que el Liverpool firmara una portentosa actuación, es que los catalanes estuvieron por debajo de lo esperado y tiraron por la borda una racha de 17 partidos europeos sin perder en el Camp Nou, desde que el Juventus ganará por 1-2 en abril de 2003.
La presión del Liverpool ahogó al Barça durante los primeros minutos. Rijkaard sorprendió con Saviola de inicio. Messi, después de más de tres meses sin jugar en el Camp Nou, también estuvo de salida y la rápida circulación de balón debía ser el principal argumento de los azulgrana, aunque los ‘red’ impusieron su físico ante las dudas de los catalanes.
Un centro desde la derecha de Riise, en el minuto 5, fue el primer aviso del Liverpool, que perdió los papeles en cuanto los de Rijkaard tuvieron las ideas claras.
CICLÓN AZULGRANA EN LA PRIMERA MITAD
Entre el minuto 10 y el 20, el Barça fue un ciclón y ofreció sus mejores minutos. Después de un error del asistente, que señaló un inexistente fuera de juego en una clara oportunidad de Saviola, al Liverpool le entraron las dudas.
Una jugada de Deco, a la que Messi no llegó, y un disparo de Belletti hicieron recular al equipo de Benítez y el Barça se creció. Zambrotta, que jugó hoy por la izquierda en el mismo carril que el ‘deseado’ Ronaldinho, aprovechó un hueco que dejó el brasileño para fabricar el 1-0.
El italiano superó a Finnan y realizó un centro perfecto al segundo palo, donde entró Deco, libre de marca, y remató junto al poste de la meta de Reina.
El Barça tenía lo que quería. Había tardado menos de un cuarto de hora en marcar, algo que no había conseguido en los tres anteriores partidos europeos que el Liverpool había jugado en el Camp Nou en competición continental.
A Benítez no le gustaba lo que veía, porque se había desmontado su planteamiento conservador antes de lo previsto. Saviola superó a Carragher en un uno-contra-uno y disparó fuera en otra buena aproximación (m.17). Después de una combinación entre Messi y Deco, en el minuto 18, la presencia ofensiva del Barça desapareció y eso fue una magnífica noticia para los de Anfield.
Los azulgrana controlaron la situación sin agobios. Sólo Motta chirriaba en el medio campo. El ítalo-brasileño, un jugador poco habitual en el equipo titular, se le vio fuera de lugar, con continuas pérdidas, mientras que Belletti, el ofensivo lateral derecho, ponía de los nervios a los aficionados locales ante la velocidad de Craig Bellamy y las llegadas de Riise.
Cuánto más plácido parecía el partido para el Barcelona, sin que los ingleses agobiaran a los azulgrana, apareció el juego a balón parado del Liverpool en lanzamientos de Steven Gerrard. En el primero, Bellamy remató fuera, en el segundo, el Liverpool marcó el empate a poco del descanso.
El galés estuvo listo en un lanzamiento frontal. Belletti se perdió entre Kuyt y Bellamy, pero el que menos acertado estuvo fue Víctor Valdés. El remate del delantero, completamente sólo, no fue detenido por el meta en un remate cercano, pero no muy potente, un gol que ya era un tesoro para los ‘reds’.
Con el 1-1, todas las dudas fueron nuevamente para el Barça. Rijkaard decidió sustituir a Motta y poner más talento sobre el terreno de juego con la entrada de Iniesta (m.54), aunque ya para entonces, los azulgrana ya no lo tenían claro.
En un intento de abrir más el campo, entró Giuly por Xavi (m.65) y en el minuto 68, otro error de Valdés, esta vez al atajar un pase de Giuly. El libre indirecto lo lanzó Gerrard, el meta despejó el balón y en la jugada siguiente, Kuyt remató al travesaño en pleno desconcierto azulgrana.
MESSI ESTUVO A PUNTO
Sin pausa, Messi tuvo el 2-1 en una jugada individual de Saviola y en la siguiente acción, otro error defensivo, esta vez de Márquez acabó por sentenciar a su equipo. El mexicano despejó mal y dejó el balón en bandeja a Bellamy, éste cedió a Riise y el noruego no perdonó en el minuto 74.
Con 1-2, el Barça se desmontó. Saben los azulgrana que tienen un pie fuera de Europa y hasta el final del partido, sólo un remate de Deco, que dio en el palo, pudo cambiar algo el signo del encuentro. Anfield dictará sentencia y para no quedar fuera, los de Rijkaard tendrán que recuperar su fútbol de antaño, algo que hace mucho que no ofrece.
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