(EFE).- Un Espanyol poco ambicioso sólo logró empatar en el partido de ida de los octavos de final de la Copa de la UEFA ante el Maccabi Haifa, un adversario sin muchos argumentos futbolísticos pero muy peleón, y ahora deberá resolver la eliminatoria la próxima semana en Montjuïc.
Ofreció una buena imagen el Maccabi Haifa en la primera parte, confirmándose como un rival peligroso, ante un conjunto catalán al que le costó encontrar su sitio en el campo, pese a unos primeros minutos esperanzadores con Iván de la Peña ejerciendo como líder después de cinco encuentros sin jugar.
Salió envalentonado y agresivo el conjunto local empujado por un público muy ruidoso y animoso. Respondió acertadamente el Espanyol, que comenzó a tocar en el centro del campo, puso el tempo adecuado al encuentro y contuvo sin problemas el acoso inicial del cuadro israelí.
Superados los momentos de tanteo, llegaron las oportunidades. Luis García dispuso de dos buenas ocasiones en menos de un minuto, pero el portero Davidovich respondió acertadamente. El argentino Colautti lideró la ofensiva hebrea con un par de remates lejanos que no inquietaron en exceso a Iraizoz.
Después de unos minutos insulsos, el partido se animó en el tramo final de la primera parte a raíz de una buena ocasión de Lacruz a la salida de un córner. Una contra mal resuelta fue la última oportunidad para el equipo catalán que, a pesar de ser algo intermitente en su juego, cumplió ante un impetuoso rival.
Salió más entonada la escuadra ‘perica’ en la segunda mitad y merodeó con peligro el área visitante. El centro del campo combinó con más criterio y eso permitió a los delanteros españolistas disponer de buenas opciones. Quiso reforzar el centro del campo Ernesto Valverde dando entrada a Eduardo Costa por un Iván de la Peña muy participativo y que lideró las jugadas más peligrosas de los blanquiazules.
El cambio tuvo el efecto esperado, que no deseado, puesto que el Espanyol perdió capacidad ofensiva y presencia. Aprovechó la tesitura el Maccabi Haifa, que se lanzó en busca del gol de la victoria. Defendió bien el equipo de Valverde, salvo en una ocasión conducida por Dirceu y que Arbeitman desperdició de forma inocente cuando sólo tenía que batir a Iraizoz.
El Espanyol, llevado por la desidia, pareció conformarse con el empate sin goles, un resultado muy peligroso para la vuelta. Los de Ernesto Valverde, que se quedaron sin marcar por primera vez en la competición, deberán resolver la eliminatoria en Montjuïc.
