Esteve aligeró la motocicleta antes del accidente

Esteve aligeró la motocicleta antes del accidente

(PD/Agencias).- La velocidad, las ansias de victoria, su valentía, su arrojo, el coraje que le ha convertido en un ganador nato y, sobre todo, una personalidad «sin medida del riesgo», según reconoció uno de sus compañeros de especialidad, fue lo que provocó, el pasado sábado, el grave accidente que sufrió el catalán Isidre Esteve, de 34 años, y que a punto estuvo de costarle la vida.

La desgracia se produjo a escasos kilómetros del final de la segunda vuelta de la Baja Almanzora, prueba puntuable para el campeonato de España de raids, celebraba en Huercal-overa (Almería), el piloto perdió el control de su KTM, su moto le descabalgó de forma violentísima y su cuerpo acabó estrellándose en un riachuelo seco, repleto de piedras.

Una de las hipótesis es que tuvo la mala suerte de que la máquina le cayó encima, golpeándole la espalda, fracturándole la séptima y la octava vertebra.

UN RALLY A DOS VUELTAS
Esteve, separado de su esposa Cristina y padre de Andrea, una niña de dos años, no quiere perder ni al dominó. Así que para correr el Baja Almanzora se llevó a Almería una KTM de enduro, mucho más ligera y ágil que la pesada KTM del Dakar, la moto que escogió Marc Coma para correr esa misma prueba. Era evidente, pues, que Esteve corría para ganarla y Coma se la tomaba como un entrenamiento.

El raid constaba de un recorrido de 200 kilómetros al que se le daba una segunda vuelta, ya que el marcaje que Medio Ambiente hace a los organizadores de estas pruebas campestres, les impide trazar un recorrido lineal de 400 kilómetros, lo que les obliga a dar dos vueltas al mismo trazado.

¿Qué significa eso? Pues que, aunque las pruebas se celebren, obligatoriamente, con libro de ruta y trip (aparato que marca las pequeñas distancias y cruces), los mejores pilotos realizan la segunda pasada casi a ciegas, no tanto porque memoricen el recorrido como por las trazadas que existen ya en las pistas tras el paso, como ocurrió el sábado en Huercal-Óvera, de 50 coches y 100 motos.

VENTAJA DE COMA
Coma, que realizó una primera vuelta al trazado magnífica, superó por algunos minutos a Esteve. Tras esa primera cronometrada, los pilotos gozaron de 20 minutos de descanso para refrescarse y repasar las motos. Los responsables de la organización, en manos de Sport Natura y Andinas Racing Club, preguntaron a los pilotos su opinión sobre el recorrido y todos coincidieron en decir que estaba «perfecto», incluídos los todoterrenos con médico apostados cada 40 kilómetros del trazado.

Fue en ese instante cuando Esteve le pidió a su mecánico de confianza que le quitase todo el andamiaje (en los raids se denomina araña) sobre el que se soporta el libro de ruta y el trip, el aparato que informa de los parciales. El piloto de Oliana quería aligerar su moto, no en muchos kilos, desde luego, para tratar de dar alcance a Coma.

Era suficiente con seguir las trazadas dejadas por los 150 participantes para no perderse.

Contrariamente a lo que ocurrió con varios de los pilotos que se mataron en el Dakar al intentar recuperar el tiempo perdido por un despiste o por haber seguido una ruta equivocada, Esteve no se perdió en Huercal-Óvera, sino que no pudo sortear una piedra, que todo el mundo había visto y sorteado en el primer paso.

Esteve la consiguió driblar con su rueda delantera, pero no pudo evitar golpearla bruscamente con su llanta trasera, convirtiendo su colín y asiento en una auténtica catapulta. El piloto salió despedido y se estrelló sobre el pedregal.

ASISTENCIA RÁPIDA
Alertado por el piloto que iba detrás de Esteve, el todoterreno equipado con un médico llegó de inmediato al lugar del accidente y el doctor reclamó al instante la presencia de un helicóptero. El jefe médico de la prueba avisó al 061 e informó al helicóptero del punto GPS donde se encontraba el piloto. Esteve fue trasladado a Almería ya que el hospital de Huercal-Óvera carece de neurocirujano.

Esteve, que al igual que el resto de motoristas, no llevaba el famoso collarín protector del cuello bajo el casco, el denominado HANS de la Fórmula 1, y que Chris Leatt adaptó para los pilotos de motos. Esta nueva protección ya fue utilizada por algunos profesionales en el último Dakar, entre ellos los componentes del equipo KTM, la marca más importante de la especialidad.

El piloto, cuyos padres tienen un hotel en Oliana, se está construyendo una nueva casa en su pueblo, y como ni su ficha ni sus premios ni el dinero que recibe de sus patrocinadores le han convertido aún en millonario, ha tenido que hipotecarse para poder cumplir uno de sus sueños. Evidentemente, los ingresos de los pilotos de raids no tienen nada que ver con las ganancias de las estrellas de la velocidad.

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