(PD/Agencias).- Madrid acogerá desde mañana y hasta el próximo domingo la 81 edición del Open de España, torneo del Circuito Europeo que regresa a la capital diez años después y que servirá de examen para el novedoso recorrido del Centro Nacional.
Además, la Real Federación Española de Golf (RFEG) volverá a ser la organizadora de este evento después de más de 25 años sin hacerlo y por ello se ha esforzado y ha trabajado contrarreloj para que la cita supere el reto del mejor modo posible.
Pese a que los grandes nombres de este deporte no estarán, la cita tiene a jugadores importantes del Viejo Continente como los británicos Paul McGinley, Darren Clarke o Paul Lawrie o los españoles Miguel Angel Jiménez, Gonzalo Fernández-Castaño o José Manuel Lara, ganador este año en Hong-Kong.
Todos ellos partirán en primera línea para derrocar al golfista sueco Niclas Fasth, defensor del título y que en España siempre juega bien, ya que al mencionado logro conseguido, unió el del Mallorca Classic, también en 2006.
Entre los españoles, pueden partir con algo de ventaja los dos madrileños, por el hecho de tener un mejor conocimiento del campo, en el que han ensayado más que los demás, aunque Fernández-Castaño no lleva un buen año, mientras que Garrido brilló en Malasia con un tercer puesto.
Por ranking, el principal aspirante nacional a poner fin a la sequía de cuatro años sin victoria española (Sergio García en 2002), es Miguel Angel Jiménez, que viene de estar con los mejores en el Abierto de Asia.
Finalmente, José Manuel Lara, el único en saborear el éxito esta temporada junto al sorprendente amateur Pablo Martín Benavides, se ampara en sus buenos resultados en este torneo, aunque reconoce que llega «regular» de juego y con problemas físicos.
En total serán 34 representantes de la ‘Armada’ española, que buscarán coronarse en este Open de España, que también ha aumentado los premios monetarios para hacerlo más atractivo. Serán dos millones de euros, con 333.330 para el ganador.
Joven recorrido
Sin embargo, el gran rival para todos parece ser el campo del Centro Nacional, inaugurado hace apenas un año y que es desconocido para todos los participantes. Situado en un antiguo vertedero, el recorrido es la gran apuesta de la Federación y a partir de mañana pasará su examen.
La RFEG ha invertido tiempo y dinero en adecuar correctamente el campo, al que ha alargado hasta los 6.622 metros, casi 100 más que antes, ha estrechado las calles, ha aumentado el tamaño de los ‘bunkers’ de mitad de calle, y ha bajado la altura del corte de la hierba en la cercanía de los lagos para penalizar los golpes deficientes y que la bola tenga más opciones de caer al agua. Los hoyos decisivos, por su diseño, parece que serán los últimos cuatro.
Los organizadores, encabezados por la presidenta de la RFEG, Emma Villacieros, esperan que la climatología acompañe para ver el mejor Open de España posible y un Centro Nacional en las mejores condiciones.
