(PD/Agencia EFE).- El Chelsea se proclamó , en el estreno del nuevo estadio de Wembley, campeón de la FA Cup tras vencer al Manchester United en el último suspiro de la prórroga gracias a un gol de Drogba que dio así el segundo título de la temporada a los londinenses tras el éxito en la Copa de la Liga ante el Arsenal el pasado mes de febrero.
En un partido con un aprobado raspado en fútbol, como demostraron las pocas ocasiones claras de gol que se plasmaron con un empate a cero en el marcador al término de los 90 minutos reglamentarios, Drogba dio la victoria a los ‘blues’ cuando ambos entrenadores ya pensaban en quienes serían los encargados de lanzar los penaltis.
El delantero marfileño, con una aportación a lo largo del encuentro bastante lejana a lo que en él es habitual, culminó, a falta de tres minutos para el final del segundo tiempo de la prórroga, una bonita pared dentro del área con Lampard para mandar la pelota a la red de la portería de Van der Sar. En lo concerniente al resto del partido, tanto el Chelsea como el Manchester apenas llegaron con claridad al área rival.
Los ‘red devils’ demostraron tener a una de las mejores parejas ofensivas de Europa y Cristiano Ronaldo y sobre todo Wayne Rooney, omnipresente organizando el ataque, rematando y creando tímidas ocasiones con sus desmarques, fueron los máximos baluartes de un equipo al que le costaba conectar su buen hacer por las bandas con el centro del ataque.
Enfrente, el Chelsea tuvo en Robben a su jugador más determinante, y eso que el neerlandés apenas jugó algo más de 45 minutos. Robben, recientemente salido de una lesión, ofreció todo un recital de buen juego en la banda derecha con regates espectaculares, como un autopase ante Fletcher, pero adoleció de la misma incapacidad que sus rivales para hacer llegar el balón al centro del área.
Pese a que el control del balón fue tarea del Manchester durante la primeta mitad del encuentro, el Chelsea fue ‘in crescendo’ a lo largo del partido y acabó por dominar el juego gracias a las intermitentes apariciones de sus estrellas.
Así, Lampard, Drogba y Wright-Phillips aparecían y desaparecían del partido sistemáticamente con un juego de rachas que, sin embargo, siempre dejaba a un líder sobre el campo. Pese a todo, el gol no llegaba.
A pesar del resultado final, el Manchester tuvo sus mejores ocasiones de marcar en la prórroga, aprovechando errores garrafales de sus rivales en el centro del campo que propiciaban contragolpes muy rápidos, pero poco acertados.
La mejor ocasión la tuvo Giggs después de un centro espectacular de Rooney, pero Cech se abalanzó sobre el remate del galés, que no obstante introdujo con su rodilla al portero detrás de la línea de gol. El tanto, obviamente, no subió al marcador.
Tras el gol de Drogba, el Manchester sufrió un duro varapalo que no obstante se tradujo en una muestra de descaro en busca de la igualada que suplió todo un partido parco en valentía. Sin embargo, los de Fergusson esperaron demasiado tiempo para mostrar su predisposición a hacer frente directamente a su rival.
