El Luna Rossa mejoró pero el Emirates volvió a ganar

(PD/Agencias).- El Emirates Team New Zealand desquició al Luna Rossa tras conseguir su cuarto triunfo consecutiva en la final de la Copa Louis Vuitton, a pesar de que en la regata de este martes los italianos habían conseguido adelantarse en una salida igualada y tener una ventaja de más de cien metros en el inicio del recorrido.

El equipo neozelandés se impuso en la meta por 52 segundos, en una regata en la que los italianos cumplieron dos de las premisas que en match race garantizan en un alto porcentaje un triunfo como son ganar la salida y superar a tu rival en el primer cruce, pero vieron cómo New Zealand volvió a imponer su mayor acierto y mayor solidez navegando para dejar prácticamente sentenciada la final.

La decisiva jornada para los italianos se disputó con media hora de retraso debido a que el débil viento no acaba de entablarse en el campo de regatas. Este martes la intensidad del viento en la salida no superó los ocho nudos y durante la regata llegó a bajar a seis.

La poca fuerza del viento creó un nuevo escenario que no se había dado todavía en la final y por ahí se abrieron las esperanzas de los italianos de lograr la primera victoria. La salida no les fue mal del todo a los de Spithill que optaron por no hacer un ‘dial up’ –proa al viento– y salieron por la parte derecha de la línea, mientras que los ‘kiwis’ lo hacían por la boya.

Tras un bordo opuesto de cada uno de los barcos en los que se abrió una clara ditancias lateral, Luna Rossa pasó por delante en el primer cruce con cuatro esloras. Fue la mayor ventaja de los italianos en las cuatro jornadas disputadas, sin embargo, la alegría les duró poco a los de Spithill que a mitad de ceñida se vieron superados por los de Barker, con una mayor presión de viento por la parte izquierda. El barco neozelandés logró arrinconar a Luna Rossa hacia el ‘lay line’ de la derecha y ahí acabó de comerle la maltrecha moral a los transalpinos. Había transcurrido poco más de 20 minutos y la regata ya estaba vista para sentencia.

New Zealand se puso a cabalgar, siempre por delante de su rival, y pasó con 19 segundos de ventaja la boya de barlovento. La única opción de los italianos es que el viento en esos momentos cayera por debajo de siete nudos, como así fue, y tener una mínima posiblidad de sobrepasar a los ‘kiwis’.

Ni por esas, los neozelandeses nunca bajaron la guardia y respondían automáticamente a cualquier maniobra de los italianos. El marcaje fue férreo y los de Barker no dejaron ni respirar a su rival que llegó a la puerta de sotavento con 54 segundos de desventaja. La diferencia se amplió a un minuto en la tercera marca y los kiwis le metieron el 4-0 a los italianos y se encuentran a un paso de la final.

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