Real Madrid, a un paso del título

Real Madrid, a un paso del título

(PD/Agencias).- El Real Madrid gana el segundo partido de la final ante el Winterthur Barcelona (83-80) y decanta la lucha por el título del lado blanco (2-0). Felipe Reyes, con 23 puntos y 7 rebotes, se convierte en el protagonista de la serie y permite a los blancos viajar al Palau con todo a su favor.

El internacional español ha regalado a la afición madrileña un nuevo recital de puntos, rebotes y trabajo ‘oscuro’ para llevar al Real Madrid a las puertas del título ACB, del que sólo le separa una victoria y tres partidos para certificarlo ante un Barcelona que, ahora, sólo puede pensar en aprovechar el traslado de la final al Palau Blaugrana para intentar forzar el desempate.

Los dos banquillos aparcaron los nervios del primer partido y eso le sentó mejor, de salida, a los blancos que a los azulgrana, pese a que el Barca ponía media liga en juego sobre el parqué. Los madridistas sabían también lo que les iba en el envite: Desde hace siete meses nadie gana el Palau Blaugrana… Pero lo más llamativo del segundo asalto en el coso de Carabanchel es que los hombres llamados a llevar el peso de la eliminatoria quedaron eclipsados en medio de un duelo de colectivos, de una batalla de conceptos, de un debate, en definitiva, sobre el baloncesto que hay que jugar para llevarse un título tan caro como el de la ACB.

El Madrid brilla menos que en otras fases de la temporada. Es algo constatable en los números. Sin embargo, atesora algo dentro del vestuario que hace grande a este equipo: sabe sufrir, sabe lo que representa jugar con esa camiseta y sabe lo que vale ganar al Barcelona, que cuenta con un equipo magnífico. Por su parte, el Barcelona sabía que marcharse del feudo blanco con un 2-0, aparte de condenarle, como poco, a disputar el desempate en territorio madridista, le ponía la Liga a una distancia contra la Historia (la estadística jamás dio un título a un finalista que debía remontar dos derrotas).

GUERRA TÁCTICA Y FUEGO CRUZADO EN EL PARQUÉ
Marko Tomas paró los pies a Juan Carlos Navarro. Ivanovic no olvidó al estadoundense Louis Bullock, a quien dedicó auténticos perros de presa. Las pizarras marcaban un paso, que en gran medida condicionaría el choque, y los jugadores se encargaron de aportar lo intangible.

El Barcelona, con problemas para conectar con el hombre que le enseña habitualmente el camino hacia el final del túnel y ante un Madrid mucho más consistente, también exhibió corazón, hombría y calidad para jugar a este deporte tan difícil. Perdía por once puntos a cuatro minutos del final del segundo cuarto y parecía al borde del colapso (37-26).

No obstante, Ivanovic cuenta con muchas posibilidades en el banco para variar el guión. Con las suficientes para anotarse un 0-9 (37-35) y resucitar en cancha enemiga (37-35; 40-37 al descanso). Ahora bien, el técnico barcelonista no debía tenerlas todas consigo porque, pese a romper la hegemonia madridista en el rebote, el Madrid adoptó un papel dominador que no cedía bajo ningún concepto.

El Barcelona estaba jugándose media Liga y cuenta con hombres que han demostrado de sobra quiénes son en este mundo. A siete minutos para el final, con la grada en ascuas, el Madrid pedía tiempo muerto. El esloveno Jaka Lakovic acababa de poner el choque, desde el arco de triples, donde quería el Barca (64-65 m.34).

La pugna iba a decantarse en los últimos minutos. Como casi siempre que dos expresos marchan por la misma vía en sentidos contrarios. Y había mucho que jugar, mucho (73-73 m.38). El Barca, a pesar de los pesares, seguía vivo. Una Liga entre estos dos equipos es un ruleta rusa. Sólo había una estrella que había acudido puntual a la cita: Felipe Reyes. Sin ruido, sin aspavientos, a lo suyo, granito a granito. 75-75 y el balón acaba en manos del internacional español. Reverso, extensión de brazo delante del italiano Denis Marconato y el Madrid, con mucho sudor, al lado del título (77-75).

Falló el Barcelona su ataque y cometió falta para que Reyes, a falta de 13.9 segundos, regresara a la línea de personal. Anotó los dos (79-75), sentenció el partido y colocó al Madrid a un paso del título. La estrella de la final se llama Felipe Reyes, juega en la selección española y es campeón del mundo.


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