(Daniel López y Miguel Álvarez).- El Milán ha asegurado con insistencia que su máxima figura no se mueve del equipo. ¿Acaso no están tan seguros de que el brasileño no se mueve? ¿Acaso no son inútiles los esfuerzos del Real Madrid para ficharle?
Entonces, ¿por qué razón el equipo de Berlusconi intenta blindar al brasileño ofreciendo nuevas ofertas de renovación en cuanto tiene la menor oportunidad?
En un nuevo intento por retener al futbolista, el Milán se ha sacado de la manga una jugada maestra. Además de ofrecer una mejora en el contrato, la escuadra azurra tantea el fichaje del hermano de Kaká, Digao, que milita actualmente en las filas del Rimini, equipo de la Serie B italiana.
Ésta no es la primera vez que una acción como esta da sus frutos. Retrocediendo algo en el tiempo, recordamos el holandés Frank de Boer fichó por el F.C. Barcelona trayendo un paquete bajo el brazo: su hermano Ronald.
La cuestión es que tanto ajetreo y esfuerzo por retener al jugador da mucho que pensar. Quizá Berlusconi no está tan seguro de que su perla vaya a quedarse en San Siro todo lo que le gustaría, quizá el Real Madrid tiene más oportunidades de ficharle de las que él mismo reconoce.
Pero ya se sabe, quién siembra viento recoge tempestades. Si sus tanteos sobre Ronaldinho obligaron a Laporta a mejorar sustancialmente el contrato del astro brasileño, el interés del Real Madrid está provocando la misma situación y sembrando el miedo entre la cúpula milanista.
Y es que, si tocas a los “brasileños” de los demás, puede que los demás quieran tocar a los tuyos.
