El rey de la montaña se convierte en «reina»


(PD/Agencias).- Siempre fue un misterio. Poco hablador con sus colegas de pedal, vegetariano cuando esto es poco habitual en el mundo del deporte, Robert Millar desapareció hace cuatro años de la vida pública y ahora el «Daily Mail» cree haberlo encontrado en un pueblo de Dorset. No ha cambiado en su afición al ciclismo, aunque sí de identidad: ahora es Philippa York.

Millar fue uno de los ciclistas más destacados del mundo durante los años 80. Incluso estuvo a punto de ganar la Vuelta a España en 1985 y 1986. Era muy tímido, y lucía pendiente y coleta en una época en que pocos se atrevían a hacerlo para no ser tachados de homosexuales.

Cuando colgó la bicicleta, se esfumó. La prensa especializada británica se pasó mucho tiempo siguiendo su rastro. Solo se sabía que se había casado con una chica francesa y que tenía un hijo. Pero se rumoreaba que se había cambiado de sexo.

El periodista Richard Moore le localizó hace poco en Glasgow, y tan sorprendido quedó que publicó un libro con las revelaciones y comentarios del exciclista. En busca de Robert Millar ha tenido una buena acogida en las librerías. Y la visita del Tour a Gran Bretaña ha servido para confirmar que Millar, con 48 años, es ahora Philippa York y vive con otra mujer.

«Aún le gusta pedalear. A menudo la ves sobre su bicicleta, a toda marcha, con su largo pelo asomando por fuera del casco», aseguran sus nuevos vecinos. «Nadie duda -añaden- de que antes era un hombre, pero es poco elegante hablar con ella de su vida anterior».

Millar, nacido en el área de Glasgow y entrenado en las tierras altas de Escocia, fue coronado rey de la montaña en el Tour de Francia de 1984 -al año siguiente perdería la Vuelta ante Pedro Delgado en la mítica etapa junto a Recio por la Sierra madrileña-. En sus once años de participación en la competición subió al podio en veinte ocasiones. Ningún corredor británico tiene tal palmarés.

En 1992 dio positivo en un test de dopaje. Se le encontró un alto nivel de testosterona. Pagó una multa, cumplió con los tres meses de ausencia en competiciones, pero continuó siendo una personalidad en el ciclismo.

En 1985 se casó con la francesa Sylvie Transler, sin que su familia acudiera a la boda. Tuvieron un hijo y el matrimonio se deshizo al poco tiempo.
El primer indicio de que algo pasaba ocurrió hace unos siete años. Un amigo comentó a la prensa haber visto a Millar con trenzas y con un par de bultos en su pecho.

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