(PD/Agencias).- La rivalidad entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso ha alcanzado tales extremos que el bicampeón del mundo amenazó con revelar al organismo rector de este deporte datos perjudiciales obtenidos ilegalmente de Ferrari si no se le designaba oficialmente piloto número uno de McLaren.
Ese dato, que revela el periodista Alan Henry en The Guardian, puede tener serías repercusiones en lo que resta de campeonato.
Al parecer, en el transcurso de una bronca que tuvo lugar hace cinco semanas, con ocasión del Gran Premio de Hungría, Alonso habría comunicado al patrón del equipo McLaren, Ron Dennis, que «o me nombras número uno o dejas que me marche» y habría amenazado con ofrecer la información de Ferrari al organismo rector de este deporte, la FIA [Federación Internacional de Automovilismo].
Fuentes de McLaren aseguraron que Dennis calificó el incidente de farol de Alonso y que le instó a que siguiera adelante. Acto seguido, Dennis telefoneó al presidente de la FIA, Max Mosley, para avisarle de que era posible que Alonso intentara ponerse en contacto con él.
Entretanto, Alonso retiró sus amenazas y formalmente no ha presentado ninguna acusación, por lo que ha sido Dennis el que ha cargado con la responsabilidad de confirmar al organismo rector de la Fórmula Uno que su equipo había dispuesto efectivamente de los datos de Ferrari.
«Quiero poner de manifiesto que, en cuanto tuve conocimiento de que podía haber nuevas pruebas, cosa que ocurrió en la mañana del Gran Premio de Hungría [celebrado el 5 de agosto], telefoneé inmediatamente a la FIA para mantenerla informada», manifestó Dennis el viernes.
Un día antes, su equipo fue multado con cerca de 72 millones de euros y desposeído de todos los puntos que le correspondían como constructor por estar en posesión de datos obtenidos ilegalmente. Alonso niega estas acusaciones, según su representante, Luis García Abad. «No hay nada de eso. No tengo nada que añadir. Todo eso son tonterías», declaró.
Hamilton encabeza en la actualidad el campeonato del mundo de conductores, por delante de Alonso. El español entró en el equipo procedente de Renault a comienzos de la temporada con un contrato de 10 millones de euros al año por dos temporadas mientras que Hamilton, en el año de su estreno como piloto de Fórmula Uno, con un sueldo de medio millón se ha saltado todos los galones y, en su año de debut podría hacerse con el título.
Las relaciones entre los dos han sido tormentosas a lo largo de la temporada, de manera muy especial en Hungría, cuando Alonso fue penalizado por impedir que Hamilton corriera una última vuelta de la calificación.
Ya en el pasado mes de mayo se había registrado también una polémica en Mónaco, donde Hamilton estaba convencido de que era más rápido pero le obligaron a conformarse con el segundo puesto en la carrera, y en julio se vio asimismo una bronca en Indianápolis, donde Alonso pensó que era él quien iba más rápido pero no pudo encontrar el modo de adelantar a un Hamilton finalmente victorioso.
A principios de este año Alonso manifestó que «desde el mismo arranque de la temporada, en ningún momento he llegado a sentirme completamente a gusto. Tengo un compañero británico en un equipo británico, que está haciendo un trabajo magnífico, y todos somos conscientes de que todo el apoyo y toda la ayuda son para él, y me he dado cuenta de eso desde un principio».
Corren rumores de que, si Alonso negociara la rescisión de su contrato con McLaren, podría recalar de nuevo en Renault o incluso quedarse sin coche durante la temporada 2008.
En cualquier caso, el director ejecutivo de McLaren, Martin Whitmarsh, no ha querido confirmar ni desmentir que hubiera problemas en las relaciones del equipo con Alonso.
«Fernando y McLaren tienen vigente un contrato a largo plazo que obliga a ambas partes», ha manifestado en el curso de una sesión de entrenamiento del Gran Premio de Bélgica, donde Alonso marcó el viernes el mejor tiempo.
