(PD).- El futuro de la prensa es un tema que preocupa y no sólo a empresarios y periodistas. También obnsesiona al público, como quedó en evidencia en la Feria del Libro de Guadalajara. Allí, en tierras mejicanas, hubo al menos dos coincidencias entre los conferencias. La primera no es un descubrimiento: que el futuro de la prensa pasa por Internet. La otra, más aciaga, es que no se conoce aún el verdadero camino por seguir para evitar la «muerte» de los diarios en papel.
Coordinada por la conductora de la CNN en Español Carmen Aristegui, la invitación del diario El País , de España, incluyó a Carlos Shaerer, director de El Mercurio , de Chile; Humberto Castelló, director de El Nuevo Herald , de Miami; Luis Miguel González, director editorial de Público Milenio , de Guadalajara; Fernán Saguier, subdirector de LA NACION; Roberto Rock, columnista de El Universal , de México, y Javier Moreno, director de El País .
Escribe Alejandro Di Lázzaro en el diario La Nación que fue precisamente Moreno fue la punta de lanza: «Cuando hablamos del futuro de la prensa hablamos del futuro de la democracia. Periódicos y democracia son la misma galaxia, y saber qué va a pasar con la prensa no es una cuestión que sólo afecta a los editores y dueños de diarios, sino también a la sociedad toda, porque tiene que ver con que el espacio público para el debate no se deteriore».
Lectores inteligentes
Fue un disparador. Luego de narrar la experiencia del diario que dirige, Castelló coincidió con Moreno en que la democracia no es sólo una forma de gobierno, sino también una cultura. «Los periódicos no van a tener muerte, tienen una nueva avenida que los hace grandes y con mayor influencia: los portales electrónicos. Hay que apostar al lector inteligente», dijo.
Con matices, González caminó por la misma vereda de argumentación que su antecesor. El director de Público Milenio admitió que no es que los jóvenes lean menos, sino que «leen distinto», y que en estos tiempos el peso de los medios se diluye debido al flujo de información. Citó como ejemplo los blogs.
Una manera de aggiornarse está dada por la convergencia de sus redacciones. Es decir, la convivencia real, concreta, diaria y necesaria entre la redacción de un diario en papel con los soportes digitales. De eso habló Fernán Saguier. Pero recalcó ciertas «obligaciones» de un medio impreso para seguir manteniendo su caudal de lectores, más allá del avance de Internet.
«¿Qué tiene que ofrecer un diario en papel? Información propia, análisis, opinión, un tratamiento de la noticia que vaya más allá de la noticia en sí; volver al articulismo, con grandes firmas, modernizar las prosas narrativas, dar vuelo a la creatividad de los jóvenes ése podría ser un camino», detalló el subdirector de LA NACION.
Para el director de El Mercurio, la diferencia vital entre el diario en papel y los medios digitales está dada por la responsabilidad que uno y otro ejercen sobre los ciudadanos.
«Internet da la ilusión de que uno se puede mantener al margen de lo que pasa, porque puede elegir. El diario trae todas las noticias, aun las que no quisiéramos leer. El diario ancla a la realidad», dijo Shaerer. Agregó que los diarios deben lograr ser imprescindibles y que una persona que no lee diarios está «brutalmente desinformada y no puede ejercer la ciudadanía». El comentario sonó algo petulante a Castelló, que lo hizo saber.
En el mismo sentido que Saguier se expresó Roberto Rock. Dijo que los desafíos que enfrentan los diarios, abstraídos de las multiplataformas que usen (Internet o las noticias en los celulares), son intensificar los contenidos locales con mejores talentos en las redacciones, mejorar la credibilidad y desarrollar contenidos.
La independencia también fue un tema. Moreno usó un ejemplo para defender la necesidad de contar con una espalda ancha para poder mantener la independencia económica y hacer gala de eso. Dijo que los grandes grupos detrás de los medios son fundamentales para poder contraatacar y no perder cuando un sector político ejerce presión destructiva. Todos coincidieron.
La atmósfera, que comenzó con preocupación, había mejorado. La charla dejó ver algunas ideas para dejar que Internet siga su camino apabullante, pero, a la vez, permitir que los diarios en papel, reinventándose a sí mismos, mantengan su lugar.
