(PD/Agencias).- Con el equipo a 24 puntos del líder y eliminado de la Copa, Del Nido se acuerda de Juande, o al menos de sus muertos. El presidente del Sevilla ha acusado a su ex entrenador de «traidor» por marcharse del equipo «por dinero». Y lo dice un abogado.
Juande está lanzado. El Tottemham se aleja cada jornada de los puestos de descenso y son muchos los seguidores spurs que sueñan con el milagro europeo. Además, acaba de meterse en la final de la Carling después de dar una paliza al Arsenal de Cesc, ni más ni menos.
Para colmo, en Sevilla echan de menos el juego -y sobre todo los resultados- que hicieron ganar al equipo andaluz una Copa y dos UEFAs. Echándole un vistazo a la clasificación, los directivos del equipo ya están preparando el equipo del año que viene.
Del Nido, que sólo resulta educado cuando los resultados le acompañan, prefiere culpar de esta situación a su ex entrenador antes que a los once que juegan los partidos.
El presidente se queja porque Juande se marchó por dinero y que, por ello, es un «traidor». Además considera que nadie en Sevilla se fija de la gran temporada que está realizando el entrenador español en su aventura inglesa.
Juande Ramos es historia y traicionó al Sevilla para irse a otro futbol por dinero. Estoy convencido de que el cien por cien de los sevillista no se fija en Juande Ramos y, al menos yo, no lo hago.
En un negocio -y el fútbol lo es- cuesta entender que un directivo acuse a un empleado de «traidor» por marcharse por dinero. Y cuánto dinero. La oferta que el Tottenham no triplicaba su ficha, tampoco la cuadriplicada, le convertía en el técnico mejor pagado del planeta. Ahí es nada.
Qué habría dicho la querida de Juande si el pedroteño hubiera rechazado la oferta. El técnico sabía a principios de temporada que su equipo no estaría a la altura de campañas anteriores. Se econtró con vellocino de oro convertido en oferta millonaria para entrenar en un fútbol atractivo.
Pero para Del Nido eso es traición. A este presidente, que pone las reglas pero no las acata, le está entrando el síndrome Lopera. No se puede culpar a un ausente de la situación actual y, de hacerlo, se cae en el desprestigio de su sustituto. Más la valdría a Del Nido mirar por su equipo ante la inminente desbandada.
