Se acabó el Abierto de Australia, el Grand Slam en el que Rafa Nadal podía alcanzar el número uno. Novak Djokovic fue justo vencedor, a pesar de tener enfrente en la final un más que digno rival, que puso las cosas muy complicadas y se apuntó el primer set.
Tras la eliminación de Federer y Nadal, el serbio Djokovic, número tres del mundo, se enfrentó al francés Jo-Wilfried Tsonga, revelación del torneo. Se batiron a duelo en una inesperada final del Abierto de Australia después de lograr resonantes victorias en las semifinales, ya que dejaron en el camino a los dos máximos candidatos a disputar el encuentro por el título y buscarán coronar con éxito una semana formidable en el estadio Rod Laver del Melbourne Park.
Djokovic, el tercer cabeza de serie, derrotó al número uno del mundo y campeón defensor del torneo, Roger Federer, mientras que Tsonga aprovechó al máximo su musculatura y su 1,88 metros de altura para vapulear al español Rafael Nadal, quien era el segundo preclasificado.
El francés, quien acumula 85 «aces» en el certamen, causó sensación con su estupenda campaña y al ser consultado por la prensa sobre cuál era el secreto de su actuación, el número 38 del ranking mundial sonrió, se encogió de hombros y analizó su respuesta. «No sé», comentó, y agregó: «Quizá sea porque no quiero jugar mal.»
Tsonga, de 22 años, arrasó con cuatro preclasificados en camino a su primera final de un torneo de Grand Slam y tratará de seguir los pasos de Yannick Noah, el único francés que ganó hasta el momento un título mayor durante la era abierta, en Roland Garros en 1983.