(PD/Agencias).- El AC Milan comunicó la prolongación de contrato del centrocampista brasileño Kaká hasta el 30 de junio de 2013, convirtiéndose así, en palabras del vicepresidente del club Adriano Galliani, en un «símbolo del Milan de Berlusconi».
Kaká, una de las pretensiones del presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, se convierte todavía más en un sueño imposible porque firma un contrato virtualmente vitalicio con la entidad lombarda, al estilo de los rubricados por Iker Casillas y Raúl González con el club de Chamartín.
Ricardo Izecson Santos Leite, que en abril cumplirá 26 años, llegó al Milan en el año 2003, procedente del Sao Paulo. Su anterior contrato, por el que percibe alrededor de seis millones de euros, cumplía en junio de 2011. El club no ha desvelado las nuevas condiciones del delantero brasileño.
El brasileño fue elegido el mejor jugador de 2007 por la FIFA y también recibió el Balón de Oro tras conquistar la Liga de Campeones la temporada pasada con el Milan.
Tras conocerse la noticia, Adriano Galliani, consejero delegado y vicepresidente vicario del Milan, comentó que «Richy ha declarado repetidamente querer convertirse en el símbolo de este equipo: lo es; es el mejor jugador del mundo y ha decidido ligarse definitivamente a los colores rojinegros».
Este es el contrato de su vida. Yo espero poder hacerle otro en el 2013, pero esta es la ‘prueba verdadera’ de que Kaká intentará toda su carrera a hacer las delicias de nuestros aficionados.
El consejero delegado del Milan dijo, además, que la noticia hará bien al clima del equipo, ahora un poco tocado físicamente debido a que «se juega cada tres días». «Es una gran noticia para todos los aficionados», insistió Galliani, quien expresó esperar poder disponer del jugador brasileño para el encuentro contra el Arsenal en la Liga de Campeones.
Hace una semana, el delantero desveló en el diario británico ‘Daily Mail’ su intención de continuar en el club italiano:
Pienso permanecer en Milan hasta el final de mi carrera. Me adapté a la vida aquí y me instalé en la ciudad. No me veo a otra parte, aunque se sabe nunca lo que puede ocurrir.
