El Barça se inmola en Valencia

(PD).- El Valencia enterró al Barça y lo echó de la Copa del Rey. Al término de la primera mitad, con un desastre defensivo indigno de un grande, el equipo de Rijkaard ya perdía 2-0, con el golazo de Baraja, un zurdazo imponente, y el de Mata, aprovechando otro lamentable fallo azulgrana.

Y eso que el rival no había hecho nada del otro mundo porque el Barça se lo puso fácil, muy fácil. Después, en una volcánica segunda mitad, y gracias a los goles de Henry y Etoo, pensó que llegaría a tiempo. Pues, no. No lo consiguió. Y el retrato que queda es el de un equipo fragilísimo, incapaz de gobernar un partido, que pone bajo sospecha a todos. Empezando por Rijkaard.

Al principio, el juego del Barça pareció invitar al optimismo porque en los primeros 10 minutos tuvo la pelota y creó un par de ocasiones. Pero no supo materializarlo. Y, claro, el Valencia se creyó el dueño del partido. Con o sin razón. Lo que no imaginaba es que un fallo infantil de Zambrotta acabaría en la bota izquierda de Baraja para conseguir un golazo que puso en pie a Mestalla.

El Barça, mientras tanto, estaba arrodillado. Sin entender qué demonios le había sucedido. Era muy sencillo. El Valencia, sin hacer nada, ganaba. Tenía el billete para la final en una mano. Solo faltó que la defensa azulgrana protagonizara una acción cómica en el tanto de Mata para deprimir definitivamente al equipo de Rijkaard.

Goles de Henry y Etoo

Eso estaba decidido. Pero, mira por donde, el gol de Henry, que había empezado de suplente, reanimó a un Barça moribundo. Un Barça que daba pena. Pero víctima de su fragilidad protagonizó otra acción cómica. No había pasado ni un minuto, cuando el banquillo azulgrana festejaba el tanto del francés, para que apareciera Matta y liquidara la semifinal con el 3-1.

Pues, no. Tampoco fue así porque llegó Etoo e insufló oxígeno, respiración artificial, creyendo que aún había vida. Y la hubo durante unos minutos finales volcánicos, con Mestalla teniendo el corazón en un puño, y el Barça, sin energía casi, acabó muerto en la orilla.

Se quedó, una vez más, sin Copa. Por fallos propios, sin que nadie pueda entender como un equipo que parecía destinado a realizar grandes cosas termina siempre derrotado

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