(PD).- No se acobardan, aunque sea ante un campeón de Europa como el Bayern. El Getafe sacó en Munich un empate que sabe a victoria; una deliciosa falta de respeto del equipo de Laudrup que, a base de fútbol, desquició a los alemanes. Queda la vuelta, pero el Getafe ya ha hecho historia.
Durante la primera parte, el Bayern impuso su poderío físico. El Getafe, quizá abrumado por la intensidad de los alemanes, sólo podía rechazar los envites de Ribéry, Toni y compañía. Inlcuso en el minuto 4, el árbitro llegó a anular un gol del italiano.
Tuvo que ser a balón parado donde llegase el tanto del Bayern. Luca Toni remató a la escuadra un centro medido de Schweinsteiger. A partir de entonces, los alemanes levantaron el pie del acelerador y permitiendo al Getafe disfrutar de más movilidad. Granero y Mario -que sacó Lahm bajo palos- estuvieron a punto de empatar.
Algo debió decirles Laudrup a los suyos porque, en la segunda mitad, el Getafe se transformó. Sin los complejos de la primera parte, De la Red y Casquero acapararon la posesión del balón mientas Albín caía a un banda para dar rapidez al balón.
El Bayern, por su parte, esperaba al contragolpe con Podolski, Toni y Schweinsteiger, pero la defensa del Getafe impidió cualquier oferta. Especialmente Cortés quien, a sus 28 años, se doctoró en Europa.
Tras un acoso constante por parte del Getafe y un remate al palo de Manu del Moral, el gol se veía venir. Tuvo que ser Contra, que había entrado unos minutos antes, quien aprovechara un mal despeje de Demichelis para acomodar el balón con el pecho y batir a Kahn con un toque sutil que se coló por encima de las cabezas de los centrales. Un gol para pasar a la historia.
