El Madrid saca un punto al Mallorca con la suerte del campeón

(PD).- El Real Madrid arrancó un punto (1-1) de su visita al Ono Estadi en un partido en el que el Mallorca estrelló un tiro en el larguero y vio escamoteado un gol. Debe ser la suerte del campeón, pero a los merengues todo les sale bien.

Si el Madrid acaba perdiendo esta Liga se acordará de partidos como este, o como el de Murcia, o como el del Ruiz de Lopera,… Partidos en los que dominó media hora, se adelantó en el marcador y acabó cediendo puntos ante equipos inferiores en teoría pero mucho más valientes en la práctica.

La salida del Madrid fue la de un equipo que quiere ganar el título, buscando el área de Moyà, encerrando al Mallorca en su campo y manteniendo la posesión del balón, aunque le costó un mundo crear peligro, que solo llegó en forma de disparos desde fuera del área.

Mientras, el Mallorca supo hacer su partido, esperando las embestidas blancas, y poco a poco haciéndose con el control sin necesidad de tener el balón. Ibagaza fue mejorando y el equipo balear creció desde su posición, y el duelo se equilibró en el centro del campo. De los primeros minutos de dominio madridista se pasó a un periodo de ‘stand-by’, hasta que surgió la polémica.

EMPEZÓ LA POLÉMICA

Sneijder adelantó a los de Schuster, poco después de que Daudén Ibañez anulase un gol legal a Fernando Navarro. Tras el descanso, Sergio Ramos fue expulsado, empató Borja Valero y el líder estuvo contra las cuerdas, pero logró arñar un punto.

Como escribe Adrián G. Roca en Eurosport, esta es otra pequeña historia que no es nueva, que ya se ha contado y que incluso retumba en los oidos.

El líder en campo ajeno, marcando primero, sufriendo después y en ocasiones, viéndose favorecido por errores arbitrales. Las diferencias radican en que en seis llegadas los de blanco siempre suelen meter al menos una, y los rivales, doblando la estadística, una o ninguna.

En cuanto al partido, el Madrid, como era de prever, no dispuso de la velocidad del pasado domingo ante el Sevilla, pero en los primeros minutos, y gozando del espacio mínimo para crear, sí vislumbró las cartas que podía disponer sobre Son Moix. Con Guti tocando, Raúl e Higuaín bajando a recibir, y un Robben muy activo, se podía hacer daño en cualquier momento.

Pero el equipo balear también empezó dando mordiscos a la manzana. Sin volverse loco, eso sí, Jonás y Varela explotaban las bandas, especialmente la del andaluz, ya que con Marcelo encontró un pasillo amplio para campar a sus anchas. Suerte que Heinze echaba una mano al brasileño y cortaba las acometidas de cuando en cuando. Con estos argumentos, dos ocasiones muy claras del Mallorca que podrían haber cambiado el rumbo del partido. Primero Jonás, con tiro raso que Casillas se confía primero y rectifica desde el suelo después para tocar lo justo. Minutos más tarde, maniobra de Güiza, que tira la pared, la construye, se planta ante Iker y la tira donde no debía, fuera. Aquí es donde empiezan a residir las diferencias.

Éstas se vieron aumentadas con el criterio de Daudén Ibáñez. Merece un capítulo aparte y varias notas al pie, pero resumiendo escuetamente, fueron varios los motivos de enfado, y justificado, de los jugadores del Mallorca. Primero Basinas arranca desde su propio campo y con Ramos rompiendo el fuera de juego. Se señala esto último. Después un gol anulado a Fernando Navarro por una falta previa (algo dudosa) en un primer remate de Güiza, y lo más grave, una clara mano de Cannavaro dentro del área tras un centro de Varela en la que ni árbitro ni asistente vieron nada.

Justo antes de esta último apunte, los blancos hicieron gala de su principal arma, la pegada. Si Robben estaba activo desde el inicio del partido, el extremo holandés logró internarse, pero por la derecha, pisa línea de fondo, levanta la cabeza para ver a Raúl, pero es Sneijder el que llegando desde atrás la empuja a la red. Las protestas del Mallorca, antes, durante y después de esta acción, sirvieron de poco. Los blancos ganaban antes del descanso.

Al salir de vestuarios pareció por momentos que los mallorquines iban a tener el control del balón. Tras unos minutos, eso fue un espejismo, el Madrid cada cada vez que recuperaba buscaba de nuevo la portería del Moyà, aunque eso sí, sin mucha insistencia.

Robben se fue apagando, Higuaín dejaba tan sólo detalles técnicos pero nada de profundidad y la personalidad que da Guti cuando tiene el balón se quedó como la de un chico tímido, es decir, no querer jugar con sus compañeros. Las buenas maneras de los blancos empezaban a morir aquí.

Seriedad atrás y punto. El Madrid apretando los dientes y parando bien las supuestas acometidas del Mallorca seguía a lo suyo, remando hacia tres puntos más. Pero no contaba con quedarse con uno menos a falta de veinticinco minutos. Segunda amarilla para Sergio Ramos, rápida incorporación al campo de Diarra sacrificando a Higuaín y Manzano, hace lo propio, pero metiendo un jugador creativo: Borja Valero.

La jugada le salió perfecta al entrenador andaluz. Su equipo, al verse superior por momentos en fútbol y en hombres al líder, empezó a creérselo de verdad. Arango estuvo a punto de hacer un gol maravilloso de chilena, pero se salió fuera.

La obra de arte tardó poco más en llegar, ya que Valero, otro ex canterano del Madrid que le hace la púa a su ex equipo, se internaba en el área, avistaba el terreno y picaba el balón. Esto era el empate, y el principio de un asedio claro del Mallorca.

Entretanto Schuster pensó que había que conformarse con el empate, de ahí que recompusiera líneas dando entrada a Miguel Torres. El alemán no quería ninguna sangría más y era mejor no irse de la isla de vacío.

No obstante, los de rojo lo seguían intentando, y esto sí que merece un debate al margen, Güiza volvió a fallar lo imperdonable. A pocos minutos del final, y de nuevo solo ante Casillas la estrelló en el larguero. Fallos como este ante rivales grandes merece la pregunta de si el jerezano tiene que estar o no en la lista para la Eurocopa. Pero esto ya se encargarán de alimentarlo otros.

El Mallorca no pudo, pero mereció ganar por insistencia y por esas decisiones arbitrales completamente erróneas de la primera parte. Si Villarreal y Barça cumplen este domingo, quedará una jornada menos y se volverá a multiplicar al cubo la emoción por esta Liga.

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