Luis Herrero: «Ojalá no me pase nada por escribir esto…»

Luis Herrero
Luis Herrero

Luis Herrero, «Euroluis», como acostumbra llamarle su amigo Losantos, siguió el debate de investidura a través de la radio. «Para mí que el debate de ayer era más importante para Rajoy que para Zapatero». Según el tertuliano de La Cope, «apenas hace ruido porque los agentes que lo provocan prefieren decir una cosa en voz alta, que todo está bien en las filas del PP, y otra distinta en voz baja: la contraria».

Para el diario El Mundo Rajoy no convenció, más de lo mismo. Para Federico Jiménez Losantos, el líder del Partido Popular ya no tiene nada de líder. Y para Luis Herrero, militante del PP y periodista, le faltó mucho a Mariano.

Se han puesto todos a una a tratar de descabalgar a Mariano Rajoy del puesto de mando del Partido Popular. Luis Herrero, desde dentro, y sus amigos Losantos y Pedrojota, echando el resto desde sus medios.

«El liderazgo de Rajoy está en un brete y lo peor que podría pasar es que todo el mundo lo supiera menos él. Sin embargo, esa fue la imagen que dio ayer: la de estar en babia. Es verdad que hizo un discurso correctísimo, coherente, bien articulado y eficazmente leído. Pero también lo es que resultó llamativamente extemporáneo. Ese mismo discurso, dos meses antes, hubiera estado más vigente que ayer».

«No sé por qué Mariano se empeña en posponer tanto el análisis de los resultados electorales».

El diputado del Parlamento Europeo por el PP -aupado a dedo, sin democracia interna y sin tener en cuando al resto de compañeros del partido que llevaban años trabajando- se muestra duro con su jefe de filas:

«Ayer Rajoy desperdició una oportunidad más -y van cuatro consecutivas- para decirnos a los suyos en qué piensa cambiar, si es que piensa cambiar en algo. A juzgar por lo que dijo me inclino a pensar que muchas ganas de cambio no tiene».

Opina Herrero que «el problema básico del PP: su incapacidad para escuchar el ruido de la calle. Vivimos en una burbuja, con información retroalimentada por nosotros mismos, en un mundo chato donde sobreabundan la desconfianza, la hipocresía, la fragmentación de las taifas y una pavorosa anemia institucional que no sólo impide el debate interno sino que, además, lo penaliza severamente«.

A mitad de su Tribuna Libre en El Mundo deja esta lapidaria frase:

«Ojalá no me pase nada por escribir esto. Las reuniones de los órganos internos se han convertido en meros actos de liturgia inútil. Es más trascendente lo que pueda pasar durante un almuerzo en un reservado de Zalacaín con sólo dos comensales ilustres que cualquier reunión institucional del partido. Lo que ahora está de moda es la demanda de disciplina irracional al jefe. Todo lo demás son ganas de tocar las narices».

Lo más grave, según Luis Herreo, es que

«El PP ha permitido que se instale en la opinión pública la idea de que en su seno conviven dos almas distintas. La caricatura es: gallardonismo es centrismo renovador y acebes-zaplanismo es carcundia rancia y antediluviana».

Concluye:

«El PP, a mi juicio, aparece ante los ojos del ciudadano del común como un monstruo de dos cabezas. No haber cortado esa imagen, no haber construido un discurso único, coherente, consecuente y claro ha sido letal. Ayer tuvo Rajoy la oportunidad de comenzar a enmendar el error pero, a mi juicio, la malogró. Aún sigue perdido en su laberinto».

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