(PD).- El Villarreal recuperó la segunda posición de la tabla al ganar al Valladolid en un partido en el que fue más efectivo que brillante y en el que tuvo enfrente a un rival que dominó el juego durante algunas fases del partido, pero que sólo puso voluntad.
La diferencia entre ambos equipos no sólo está en la tabla, ya que el Valladolid lucha por evitar el descenso, sino también en la efectividad. El Villarreal encarriló el partido con el esfuerzo justo y al Valladolid no le sirvió de nada el empeño y el empuje que mostró en algunos momentos para puntuar en este desplazamiento.
Fue un triunfo cómodo para el equipo local, que necesitaba ganar tras perder sus dos anteriores partidos, mientras que la derrota llevará al Valladolid a pasar la semana pendiente de los números.
El equipo castellano mantuvo la iniciativa en el juego durante casi todo el primer periodo, pero especialmente durante el primer cuarto de hora de partido, cuando manejó el balón y se aproximó, con frecuencia pero sin acierto, a la meta de un indeciso Viera. Sin embargo, el Villarreal abrió el marcador en la primera ocasión de que dispuso, gracias a una acción del turco Nihat quien, escorado hacia la derecha, cruzó un balón imposible de parar por Sergio Asenjo.
Tras el gol y salvó un contragolpe local en el que el mismo Nihat cayó en fuera de juego, no cambió el ritmo el encuentro, que se jugaba cerca de la portería del Villarreal, con esporádicas aproximaciones de los locales a la meta del equipo castellano. El poder ofensivo del Valladolid partía de las penetraciones de Sisi por la banda derecha y de los centros desde cualquier posición a la cabeza de Llorente, quien no alcanzó nunca el balón a pesar de que se produjeron algunos errores defensivos tanto de los centrales como del propio portero local. Sólo en los últimos compases del primer periodo, el Villarreal se aproximó con más frecuencia a la meta rival, pero el marcador no se volvió a mover.
Cazorla sentencia
La clave del partido estuvo en la jugada inicial de la segunda parte, cuando Nihat rompió en fuera de juego y llegó con ventaja al área del Valladolid, para ceder a Santi Cazorla, quien hizo el 2-0 sin oposición.
El partido perdió ritmo como consecuencia de las entradas fuertes y las muchas faltas que se pitaron en pocos minutos, pero empezó a encontrar a su ganador. A diferencia de lo ocurrido en la primera parte, el Villarreal tomó las riendas del encuentro frente un Valladolid que acusó la desventaja en el marcador y que empezó a dejar espacios para el contragolpe local.
Bien pronto el técnico visitante José Luis Mendilíbar introdujo dos cambios, Vivar Dorado y Ugbeche por Borja y Sesma, para tratar de que su equipo volviera a entrar en el partido y poco después su conjunto dispuso de una clara ocasión en la que Álvaro fue demasiado ingenuo y lanzó el balón fuera.
Mediado el segundo periodo, el partido perdió intensidad: al Valladolid le faltaba mordiente y el Villarreal ya había mordido lo suficiente. Los cambios variaron más que el dibujo de ambos equipos, pero ni el Valladolid era más ofensivo ni al Villarreal le hacia falta defenderse con mayor intensidad. El partido se animó en los cinco minutos finales con un par de aproximaciones de peligro ante cada portería y acabó sin que el Villarreal temiera nunca por la victoria.
