(PD).- Nadie vale tanto dinero… pero tampoco menos. Ramón Calderón se encuentra en una encrucijada. El Chelsea ha ofrecido 70 millones por Sergio Ramos, santo y seña del club. Si lo vende saneará unas arcas que no están especialmente boyantes pero también se pondrá en contra a toda la prensa, la afición y los socios.
Hace unos días, el presidente del Real Madrid hablaba de ‘españolizar’ el club. Debería tomar nota después de la superoferta que, según publica El Mundo, ha presentado el Chelsea por Sergio Ramos. Una millonada que ayudaría a Calderón a tapar los agujeros dejados en las arcas después de los generosos dispendios de los últimos dos años.
El presidente ha comunicado a su director deportivo, Pedrag Mijatovic, que dispone de sesenta millones para gastar esta temporada a los que habría que sumarle otros cuarenta que el montenegrino espera sacar de Baptista y Diarrá. Difícil tarea. Así que los setenta millones servirían para apartar -de momento- los problemas económicos que la gestión del propio Calderón está generando. Además, con ése dinero se podría buscar la contratación de un crack a nivel mundial.
¿Inconvenientes? Demasiados. En primer lugar, Sergio Ramós no es un jugador más. Quizá otros en el equipo tengan más calidad pero ha sido él, junto a los ya vitalicios Raúl y Casillas, quienes se han echado el equipo a la espalda cuando las cosas no iban bien. Es incuestionable su devoción por el club y está llamado a marcar una época dentro del equipo. Cualquier jugador que se incorporé, difícilmente podrá superar el nivel de Ramos.
Por no mentar a los socios. Los aficionados del equipos serían incapaces de entender cómo un equipo campeón como es el Real Madrid y que aspira -o por lo menos debe hacerlo- a la ganar la Liga de Campeones vende a uno de sus mejores jugadores.
Ramos, por su parte, se mantiene sereno. Los cantos de sirena ya llegaron el año pasado desde Milán y no afectaron a su rendimiento, todo lo contrario. Tiene contrato en vigor hasta 2013 y apalabrado hasta 2018 y nunca ha ocultado su deseo de pasar a la historia del Real Madrid. Sin embargo, no es todo vino y rosas. No le sentó nada bien que la directiva no intercediera por él cuando ha sido amonestado y, si Calderón da vía libre al trapaso, el jugador podría interpretarlo como una falta de respeto por parte de un club al que le ha dado tanto.
