(PD).- Sus tiempos revelan que la primera criba se lo llevaría por delante, pero Óscar Pistorius (Pretoria, Suráfrica, 22 de noviembre de 1986) es el primer oro de Pekín 2008.
Después de un contencioso que se ha alargado durante meses, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) se pronunció ayer a favor del atleta y le ha dado luz verde para que compita en los Juegos Olímpicos pese a que la IAAF determinó en su día que las prótesis que lleva en las piernas le dan ventaja sobre sus rivales.
Ahora sólo le falta la mínima o bien que esté entre los seleccionados para el relevo 4×400 y cumplir así el sueño de su vida.
Es una alegría para muchos y un contratiempo para otros, pues el mundo del atletismo piensa en su mayoría que se ha establecido un precedente cuyas consecuencias pueden ser negativas.
La IAAF le cerró la puerta a Pistorius al considerar que, paradójicamente, partía con ventaja pese a su minusvalía y el TAS se la ha vuelto a abrir, un umbral de luz para muchísimos deportistas: «Óscar será bienvenido allí donde compita este verano.
Es un hombre admirable y esperamos asombrarnos con sus éxitos en el futuro», dijeron ayer los jueces.
Nació sin peronés y a los 11 meses le amputaron ambas piernas justo por debajo de las rodillas. Las prótesis de fibra de carbono, que le cuestan unos 24.000 euros cada par, sustituyen las tibias, los peronés, los tobillos y los pies de Pistorius, que es campeón paralímpico en 100, 200 y 400 metros.
Hace honor al sobrenombre de «Cheetah» -guepardo en inglés, la marca que se lee en sus piernas artificiales- y reta a las estrellas mundiales aferrado a un sexto sentido que posee para el deporte -practicó rugby, waterpolo y natación-, un plus a su ya de por sí innato talento.
Un talento indiscutible, aunque la decisión del TAS genera controversia. José Alonso Valero, ex especialista en los 400 metros, considera que es arriesgado autorizar a Pistorius a que compita en Pekín: «Es el primero, pero habrá alguien con una minusvalía menor y que con esas prótesis obtenga una marca mejor, y en el futuro se podría complicar el asunto. Es abrir una puerta que podría distorsionar la competición».
«No estoy de acuerdo», replica David Barrallo, atleta discapacitado que ha competido dos veces con Pistorius -David sufre la misma lesión que Pistorius, pero sólo en una pierna-. Para David, no es perjudicial, tiene unas condiciones que no las puede tener cualquiera, calidad pura. «Es un caso extraordinario, no creo que haya más como él. Óscar abre el camino, pero sólo alcanzan esos tiempos los superdotados».
Por mucho que los estudios ofrezcan sus conclusiones, nadie se atreve a valorar las ventajas o desventajas que puede tener Pistorius con sus prótesis.
«Si esa prótesis se perfecciona puede llegar a tiempos muy buenos», expresa Valero, que apoya la teoría de Cayetano Cornet, también ex especialista en 400 metros.
«Nunca va a tener lesiones, que es lo que más preocupa a un atleta. Pero obtiene la misma respuesta en sus palancas al principio que al final, no nota cansancio. Es un reflejo del esfuerzo totalmente distinto».
