(PD).- Los Celtics ya están donde se les esperaba, un paso por delante de los Pistons, empezando a dibujar la final soñada contra los Lakers. Tendrán que andar con pies de plomo, a juzgar por la consistencia y los recursos de los Pistons, que rozaron una remontada impresionante y estuvieron a punto de darle la vuelta a un marcador hacia el final del tercer cuarto dominaban por 17 puntos (73-56).
Después de muchas críticas por su escasa participación en los play offs, Ray Allen decidió acallar a sus detractores con su mejor encuentro en todo lo que va de fase final. El escolta recuperó su giro de muñeca y aportó 29 puntos, entre ellos los decisivos del último minuto, para ayudar a su franquicia a derrotar a unos Pistons que se habían colocado a sólo un punto en el marcador parcial.
Por primera vez en mucho tiempo, Allen sí hizo honor de formar parte del famoso «Big Three». Convirtió 9 de los 15 tiros de campo que intentó, incluidos 5 de 6 triples y 6-6 desde la línea de personal. Por si fuera poco, capturó tres rebotes y repartió dos asistencias.
Por su parte, Kevin Garnett se mantuvo en su línea de líder del equipo y encabezó la lista de anotadores con 33 puntos. El alero forzó una falta a 3 segundos para el final, con la que aportó dos valiosos tantos para el marcador de su franquicia. Completó sus estadísticas con un total de siete rebotes y dos asistencias.
Sin embargo, habría que reseñar que el factor sorpresa lo puso Kendrick Perkins. El pívot logró 18 puntos, capturó 16 rebotes y puso dos tapones para dominar en todo momento las acciones bajo los aros. Su aportación resultó decisiva en el triunfo de un equipo que consiguió 42 rebotes por tan sólo 25 de sus rivales.
El triunfo supuso una gran alegría para los aficionados que ven cómo pueden regresar a las Finales de la NBA tras 21 años de ausencia. En aquella ocasión, que ya se remonta a 1987, la plantilla estaba integrada por jugadores tan legendarios como Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish.
Doc Rivers, entrenador de los Celtics, declaró al término del encuentro que: «Todavía no hemos conseguido la clasificación, nos falta un triunfo y debemos estar más concentrados que nunca para conseguirlo. Hemos dado un gran paso pero nos falta el último y más difícil».
La primera oportunidad para conseguir la victoria que necesitan la tendrán el próximo viernes, día en el que saltarán a la cancha del Palace of Auburn Hills para disputar el sexto partido de la serie.
En las filas del conjunto de Detroit, Chauncey Billups también encontró su mejor toque de muñeca. El base consiguió 26 puntos con seis asistencias y cinco rebotes. El escolta Richard Hamilton logró 25 tantos mientras que el pívot Rasheed Wallace llegó a los 18. Por su parte, el novato Rodney Stuckey fue el cuarto jugador que anotó en doble figura. Una de las peores noticias para los Pistons fue que Antonio McDyess, una clara referencia en el cuarto partido, se quedó con sólo cuatro puntos.
En un duelo muy disputado, los visitantes llegaron a tener hasta 17 puntos de ventaja pero no supieron mantenerla y encajaron una derrota muy dolorosa y que hace que, a partir de ahora, la mayor parte de la presión recaiga sobre ellos.
Flip Saunders, técnico de los Pistons, reconoció que: «No tuvimos consistencia en los tres primeros periodos y cuando entramos en acción, al final nos faltó el factor suerte para los puntos decisivos cayesen de nuestro lado. Ahora sólo nos vale la victoria en el sexto partido eso es lo que vamos a buscar».
