(PD).- Ha sido presentado en la sede del Instituto Cervantes en Madrid, se titula “Saber hablar”, y es obra de Antonio Briz, Marta Albelda, María José Fernández, Antonio Hidalgo, Raquel Pinilla y Salvador Pons.
Según reza en la presentación, esta obra “trata de ser una guía para hablar bien, un modo práctico para enfrentarse a la producción del discurso oral ante un público más o menos numeroso”. En este sentido, “Saber hablar” revindica, defiende “el arte de la comunicación oral, motor de las relaciones interpersonales, sociales, económicas y profesionales, en un tiempo donde impera el dominio del verbo”.
El equipo de autores ha plasmado a través de nueve capítulos este que podríamos llamar uno de los “libros de cabecera”, aunque debería ser más “de mesa de consulta, escritorio o despacho”, de todos aquellos que hemos hecho del verbo, de la palabra, una de nuestras principales herramientas de trabajo.
Capítulos cuya sola enumeración habla de por dónde van los tiros: ¿Qué es saber hablar? Hablar correctamente. La producción del discurso oral: la claridad en las ideas. La producción del discurso oral: la claridad en la expresión. Elementos externos a la producción oral. Imagen personal y cortesía al halar: las relaciones con los interlocutores. Géneros discursivos (con tres capítulos dedicados al tema).
En opinión de la directora del Instituto Cervantes y catedrática de Comunicación, Carmen Caffarel, la colección de esta serie de libros se inició en el año 2006, y su objetivo es la difusión de la lengua española por todo el mundo, en un momento en que nuestro idioma es hablado por más de 400 millones de personas. Se trata, pues, de una herramienta para identificar elementos del discurso hablado, ya que la lengua es algo dinámico, y debemos hablarla con corrección.
Todo ello, en un momento en que, según Antonio Briz, coordinador de “Saber hablar”, hablamos mal, a veces muy mal, utilizando toda una serie de muletillas, usando imperativos de todo tipo, y que en bastantes ocasiones somos agresivos al hablar, sin darnos cuenta de que la palabra mal empleada puede acabar volviéndose contra el que la pronuncia.
Una obra, en resumidas cuentas, dirigida, según los responsables de la misma, a expertos, no expertos, a todo aquel que se sienta interesado por el saber lingüístico, para el que se le haya olvidado o el que pretenda introducirse en el mismo.
