(PD).- Rafa Nadal se proclamó campeón del Masters Series de Canadá después de derrotar sin ningún problema al alemán Nicolás Kiefer en dos sets (6-3 y 6-2).
El español no tuvo que esforzarse demasiado para llevarse un partido en el que Kiefer sólo dio la impresión de estar a la altura de las circunstancias en un juego.
Con esta victoria el número dos del mundo obtiene el séptimo título de la temporada y el trigésimo de su carrera.
Los días de Roger Federer como número uno parecen contados.
«¿Dónde está Federer?», preguntaba el cartel de una aficionada en la grada. El suizo, tras sus vacaciones en Córcega y su derrota en la segunda ronda en Toronto, se enfrenta a la difícil misión de defender su trono en Cincinnati, donde fue campeón en 2007: en consecuencia, no puede sumar ningún punto.
Federer se mueve en terreno minado. Como los tenistas están obligados a igualar como poco sus resultados del año anterior para mantener su ranking, el número uno de Nadal ya depende más de sus propias derrotas que de las victorias del suizo.
El mallorquín, sin embargo, no se quiere dar por enterado. «Lo primero que dije nada más llegar aquí es que no pienso en el número uno», explicó antes de ganar su 30º título; «dije que no pienso en los Juegos de Pekín ni en el Abierto de Estados Unidos. Yo pienso sólo en Toronto».
Nadal calla. Kiefer escupe. Y Federer, el genio de los 12 grandes, sigue defendiendo lo que cada día es menos suyo.
