La Comunidad de Madrid impone un millón de euros en multas por publicidad engañosa

(PD).- La Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, a través de la Dirección General de Consumo, ha impuesto sanciones por publicidad engañosa que ascienden a 903.250 euros.

Los casos afectan a diversos soportes, como spots de televisión, anuncios en prensa, folletos, catálogos e incluso tiques de compra, en lo que ha transcurrido del presente año.

Según explicó la directora general de Consumo, Carmen Martínez de Sola, «desde enero, los servicios de inspección han abierto 38 expedientes por este motivo que han finalizado en sanción debido a la falta de veracidad informativa de las ofertas comerciales, lo que se considera una infracción grave que atenta contra los derechos de los consumidores».

Estas actuaciones han sido llevadas a cabo a raíz de denuncias y reclamaciones de los propios consumidores, pero también a partir de actuaciones de oficio realizadas por los inspectores de consumo de la Comunidad. El año pasado las multas por este motivo ascendieron a 992.964 euros.

Entre los anuncios televisivos destaca la sanción impuesta a un fabricante de coches (KIA). La película mostraba a un conocido tenista junto al coche promocionado impulsando una pelota hasta llegar a la cantidad de 243 cv., con lo que el espectador asociaba dicha cifra con la potencia máxima a la que podía llegar el vehículo. El problema es que el coche no la alcanzaba.

Una agencia de viajes fue sancionada por la Dirección General de Consumo porque un anuncio suyo en prensa ofertaba diversos destinos con la expresión «todo incluido». En cambio, a pie de página aparecía en letra pequeña una leyenda excluyendo tasas, gastos de gestión y suplementos por aumento de combustible, sin especificar sus importes.

Por otro lado, los inspectores de consumo comprobaron que una gran superficie anunciaba un coche de juguete de control remoto con unas prestaciones que no eran reales. El coche estaba anunciado en un catálogo distribuido en buzones que señalaba que el juguete permitía la apertura de las puertas, el capó y el portón trasero, cuando en realidad era compacto, sin permitir ningún tipo de apertura.

Otro de los casos investigados por la Comunidad de Madrid afecta a una cadena de supermercados, que ofertaba productos en promoción a través de un folleto. Los inspectores de consumo visitaron uno de sus establecimientos y comprobaron que en realidad la mitad de ellos estaban agotados.

Por el mismo motivo, la Comunidad ha sancionado a una gran superficie de electrodomésticos que, además, distribuía un folleto que podía llevar a los consumidores a engaño por otra razón: anunciaba un móvil, un LCD y un ordenador y junto a ellos aparecía un precio de 699 euros con la expresión ¡Móvil, LCD y ordenador!. En cambio, el personal de la tienda admitía que el precio era sólo del ordenador.

En el terreno de la enseñanza, una academia de Madrid ofrecía en su publicidad en medios de comunicación titulaciones de nivel universitario, pese a que se dedicaba a la enseñanza a distancia no reglada careciendo de la capacidad de prestar el servicio anunciado.

La información engañosa también ha sido encontrada por la Dirección General de Consumo en ciertos tiques de compra. Por ejemplo, el comprobante de la compra de una cadena de tiendas de ropa establecía que el cliente disponía de 30 días para cambios, pero en época de rebajas la empresa se negaba a aplicar dicha garantía explicando a los clientes que en dicho periodo de ventas los días quedaban reducidos a 15.

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