Amnistía Internacional denuncia los riesgos a los que se enfrentan los periodistas en Rusia

(PD).- Amnistía Internacional (AI) advirtió hoy, en vísperas del segundo aniversario del asesinato de Anna Politkovskaya, de que las recientes agresiones sufridas por periodistas independientes y activistas de los Derechos Humanos «ilustran los riesgos con que trabajan estas personas en Rusia», por lo que instó a las autoridades rusas a poner fin a la violencia contra los defensores de los Derechos Humanos y los medios de comunicación.

«Los activistas de los Derechos Humanos y los periodistas son quienes llaman la atención de la ciudadanía sobre el incumplimiento de las promesas de justicia y protección de los derechos formuladas por los gobiernos en la legislación nacional, así como de las obligaciones que han contraído en virtud de los tratados internacionales de Derechos Humanos», señala AI.

«Sin embargo, son los activistas de los Derechos Humanos y los periodistas quienes con demasiada frecuencia sufren en Rusia hostigamiento por parte de las autoridades, e incluso son víctimas ellos mismos de abusos contra los Derechos Humanos», prosigue.

En un país donde la televisión y muchos otros medios de comunicación están controlados por el Estado, hay cada vez menos espacio para la información independiente, según AI, que aseguró en su comunicado que los periodistas que intentan informar con independencia «encuentran obstáculos para realizar su labor profesional y pueden ser objeto de intimidaciones y, posiblemente, de procesamientos».

Éste es el caso de la emisora de radio Eco de Moscú, a la cual, según Amnistía, se le ha pedido reiteradamente que proporcione a la Fiscalía transcripciones de sus programas en relación con una investigación preliminar sobre la presunta emisión de opiniones extremistas en ella.

«Dos años después del asesinato de Anna Politkovskaya, los activistas de los Derechos Humanos y los periodistas continúan en situación de riesgo en la Federación Rusa, especialmente en la región del Cáucaso septentrional», denunca AI. «Pueden ser secuestrados y torturados, sufrir ataques contra sus bienes, recibir amenazas de muerte o ser víctimas de homicidio en circunstancias controvertidas», aseguró la organización.

Entre atropellos recientes a periodiastas y medios de comunicación, AI destaca la muerte bajo custodia policial de Magomed Evloev, propietario de un sitio de Internet ingushetio independiente, el pasado 31 de agosto.

Otro caso es el ocurrido el 25 de julio, cuando unos hombres armados se llevaron de su casa, en Troitskaia (Ingushetia), al activista Zurab Tsechoev, que trabaja en esta república para la organización de Derechos Humanos MASHR (‘Paz’). Horas después apareció en la cuneta de una carretera con lesiones graves.

Asimismo, el pasado 1 agosto, a altas horas de la noche, se produjo un incendio, presuntamente provocado, en el apartamento de Dmitrii Kraiujin, defensor de los Derechos Humanos de la ciudad de Orel, en el Distrito Federal Central. Y el pasado 14 de agosto, unos desconocidos arrojaron un ladrillo a la ventana del apartamento de Nizhni Novgorod donde vive el activista de los Derechos Humanos Stanislav Dmitrievskii.

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