Los periodistas chinos quedan en el limbo al «caducar» la legislación aperturista lanzada con los JJOO

(PD).- Las autoridades chinas se mantienen en silencio una vez superada la fecha de expiración de la regulación especial creada para los Juegos Olímpicos.

Esta normativa más flexible ha permitido de manera oficial que los periodistas extranjeros hayan podido informar desde el país asiático durante casi dos años, pero la incertidumbre se extiende llegada su caducidad. Por su parte, los gobiernos locales chinos han anunciado que continuarán con esta legislación a corto plazo, pero el Ejecutivo central no ha resuelto aún ninguna de las dudas.

Como parte de la apuesta de Pekín por cobijar los Juegos Olímpicos, China prometió que daría completa libertad a los medios de comunicación y, aunque el férreo control sobre los medios locales apenas se redujo, sí se dieron más facilidades a los corresponsales. La medida, que empezó en enero de 2007, concluye este viernes.

Continuaron las detenciones de los reporteros que intentaban acceder al Tíbet y algunas páginas web fueron bloqueadas durante los JJOO, pero los periodistas del exterior han conseguido informar sobre disidentes y otros temas que nunca antes se habían reflejado en los medios de comunicación, como puede ser una manifestación en la calle.

En la práctica, el aperturismo ha permitido a los informadores viajar por el país sin la autorización de las autoridades y acciones aparentemente tan básicas como entrevistar a los ciudadanos del país, para lo que antes era imprescindible consentimiento gubernamental.

Las asociaciones que luchan por la libertad de expresión y el Club de Corresponsales Extranjeros en China han visto con muy buenos ojos este aperturismo, pero han expresado en repetidas ocasiones que continúa un clima hostil hacia los reporteros, especialmente cuando se sacan a relucir contenidos políticos que incluyen críticas a las autoridades.

Dudas sin resolver

«Entiendo el deseo entusiasta de todos», ha manifestado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Quin Gang, que no ha resuelto las dudas: «Muy pronto direremos que medidas se van a tomar».

Esta semana vence la normativa aperturista, por lo que, técnicamente, China volvería a los días en los que reinaba la burocracia y el control en los medios de comunicación.

Los gobiernos de las provincias de Anhui, Shandong, Hainan, Sinchuan y Guandong han anunciado que preservarán la normativa en su territorio, aunque de momento sólo pueden asegurarlo a corto plazo.

Estos dos años han serivido para que los periodistas pudieran ejercer su trabajo de forma más libre, aunque nunca se han librado totalmente de la vigilancia de las autoridades.

Además, la regulación no afectaba a los periodistas chinos, que son víctimas de un seguimiento más pesado por parte del Gobierno.

Sophie Richardson, de Human Rights Watch, ha clamado en declaraciones a la BBC por el aperturismo: «Mantener la regulación y extenderla a los periodista chinos sería uno de los legados más grandes de los últimos Juegos Olímpicos».

«El fin de la regulación temporal debería ser una ocasión para crear reglas que garanticen una real libertad de movimiento, entre otros en Tibet, libertad para entrevistar, sobre todo a los cargos oficiales, y también protección de la confidencialidad de las comunicaciones y fuentes periodísticas. La suerte de los periodistas y traductores chinos, contratados por la prensa extranjera, también sigue siendo muy precaria», ha manifestado al respecto Reporteros sin Fronteras.

El Club de Corresponsales de la Prensa Extranjera, organización profesional con sede en Pekín, desde el 1 de enero de 2007 se han censado 336 casos de interferencias en el trabajo de los periodistas extranjeros.

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