Los cazadores de talento, ¿cazados?: cae el negocio de los headhunters

(PD).- Han sido de los beneficiados por las vacas gordas, con trasvases casi constantes de directivos y por tanto de comisiones que añadir a sus nóminas. Pero con un mercado parado en el que los despidos y los cierres están a la orden del día, ¿qué presente tienen los cazatalentos? ¿Siguen teniendo negocio?

Cuenta Ángeles Caballero en El Economista que hace unos días, las principales empresas de este sector se reunieron en el madrileño Hotel Palace. A ninguno de ellos parecía preocuparles demasiado la crisis, a juzgar por sus palabras.

Tampoco que el número de búsquedas de ejecutivos en el segundo trimestre del año hayan disminuido un 3% respecto al mismo periodo de 2007 y un 5% respecto al primer trimestre del año, según la Association of Executive Search Consultants (AESC).

«Sigue habiendo algunos sectores con mucho movimiento», señala Sonia Pedreira de Pinho, consejera delegada de Ray & Berndtson. Lleva tanto tiempo trabajando en esto que ha vivido varias crisis y sabe que siempre se sale de ellas.

¿Dónde buscan?

Hace un rápido recuerdo en su memoria y cita tres sectores que les siguen dando guerra: energías renovables, transportes e infraestructuras. Las palabras de Sonia las avala la AESC, ya que revela que la búsqueda de perfiles industriales creció un 11% anual, frente a la caída del 16% de los altos cargos del sector financiero.

«Los sectores que todavía crecen son servicios profesionales (consultoría, auditoría y abogados) e industria», aporta Ignacio Bao, presidente de Signium International.

No obstante, reconoce que esta crisis hará que se sanee su sector, en el que acusa que ha habido «mucho intrusismo». «Al final, quedaremos los de siempre», cuenta. A su lado, Carlos Cortés asiente con la cabeza y confirma sus palabras. Cortés es director asociado de Norman Broadbent y reconoce que para trabajar como cazatalentos no basta con tener una agenda repleta de contactos. «También hace falta una buena dosis de intuición que te haga ver de un simple vistazo si alguien es bueno o no», cuenta.

«Por ejemplo, si ves en un currículo que una persona ha estado tres años en cada una de las empresas, malo», añade. ¿Y no puede ser que sea tan bueno que lo vayan fichando? «No, revela falta de compromiso», comenta.

Consecuencias de la crisis

Lo que sí comentan ambos es que se nota la crisis. «Hay gente que antes no estaba en el mercado y de repente sí está», cuentan. No opina lo mismo Juan Seisdedos, socio director de Brain Transearch. «Lo que ocurre es que no se han producido de forma significativa rescisiones de contratos o despidos a nivel directivo, salvo en empresas y sectores muy concretos».

¿También más conciliadores? Por parte de los directivos, no parece. Porque una cosa es lo que revela un estudio de la AESC, que el 40% de los ejecutivos ha visto mejorar durante este año su equilibrio entre vida profesional y personal, cinco punto más que en 2006.

Pero cuando se habla con algunos representantes de cazatalentos las cosas varían. Mucho. «Ningún directivo pide conciliar cuando le quiere fichar una empresa. Es algo casi descalificante», reconoce en un ataque de sinceridad José Sánchez, de Boyden.

Sus palabras las confirma Aintzane Aroca, de Zavala Gortari Asociados. Su experiencia es que «cuando un profesional tiene un puesto de responsabilidad es imposible trabajar 24 horas al día y conciliar el mismo número de horas.

Aunque es cierto que los avances tecnológicos facilitan la conciliación, aún resulta muy difícil porque el sistema está diseñado de esta manera». Juan Seisdedos cree que los avances en conciliación de los directivos han sido pequeños.

«A nivel masculino es impensable que se pueda plantear una medida para conciliar, y a nivel femenino las medidas se entienden, pero si se quieren poner en práctica su desarrollo profesional se puede estancar».

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