Tres puntos y mucha vergüenza

Tres puntos y mucha vergüenza

(PD).- Ni las primas despertaron al Madrid de un letargo que dura ya demasiado. Sólo los tres puntos y la clasificación para octavos de final justifican el conformismo del equipo en ciertas facetas del partido.

No había mejor forma para entrar en el partido que hacerlo marcando. Sólo había dado tiempo a Drenthe a darse cuenta de que su banda sería un chollo, emparejado con el flojo Khagush, cuando Raúl se reencontraba con el gol en Liga de Campeones.

El máximo goleador del Viejo Continente, hizo bueno el segundo pase de Drenthe y los fallos en cadena de la defensa rival, con un control con el muslo y un disparo potente, imparable para Veremko, que llegó a la red tras tocar el larguero (min.7).

La mitad de los centros de Drenthe acaban en el área, la otra mitad en la grada. Su primer intento lo remató mal Javier Saviola.

El ‘pibito’ derrochó ganas en su estreno como titular. Ansioso por demostrar que tiene calidad, sólo le faltó el gol. Tuvo tres ocasiones que no concretó.

Las lesiones han llevado a Schuster a dar con la tecla defensiva.
El regreso de Sergio Ramos al centro de la zaga, ha ayudado a dejar la puerta a cero en dos partidos consecutivos. El único impedimento es la renuncia al costado derecho en ataque, donde Miguel Torres apenas asoma, centrado en mantener su seriedad defensiva.

El duelo era intenso, el Bate mostraba sus carencias en su búsqueda de puntos que le permitiesen estar en la UEFA, limitado en la técnica y alejado de la imagen que puso ante las cuerdas al Juventus Turín, que sólo sacó un empate de su visita más plácida en lo climatológico.

La salud del Real Madrid depende del día de José María Gutiérrez ‘Guti’ y Wesley Sneijder. Suman imaginación y movilidad. Toque y pegada, que unida a la solidez defensiva de Fernando Gago concede equilibrio al equipo. Impidieron que llegase con claridad el Bate en el primer acto. Un intento lejano que no vio puerta de Volovko fue la única noticia ofensiva del conjunto bielorruso.

La autopista en la derecha la aprovechó Drenthe, que no supo sentenciar el partido. Un contragolpe de manual le dejó con todo a su favor, en superioridad dos contra uno, que no interpretó bien. Estrelló su disparo en el defensa rival en los últimos instantes del primer acto.

Intercambio de golpes en la segunda parte

Mantuvo la actitud el Real Madrid en la segunda parte, en la que aceptó un intercambio de golpes que no le beneficiaba. Necesitaba parar el partido y sólo fuertes choques en balones aéreos lo hicieron. Guti y Sergio Ramos acabaron con vendajes por pequeñas brechas, dando la nota de heroicidad a un triunfo clave.

Alejado de su mejor imagen, Gabriel Heinze permitió la ocasión más clara del Bate. Regaló un balón a Blizniuk, el jugador de más peligro, máximo goleador de la Liga bielorrusa, que perdonó. Su disparo se marchó rozando la escuadra.

La inocencia del Bate se fue esfumando a medida que el Real Madrid retrocedió metros para lanzar peligrosas contras. Un disparo de Blizniuk rozó el palo en su última ocasión clara, mientas que Schuster golpeaba el banquillo con nerviosismo ante las ocasiones perdonadas de Saviola, Sneijder y Drenthe.

El larguero impedía el segundo tanto de Raúl y el Real Madrid acababa achicando balones aéreos, con Ramos y Pepe imponiendo su poderío para sellar un triunfo vital, con el que el equipo blanco accede a los octavos de final, con posibilidades aún de hacerlo como primero de grupo.

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