(PD).-La lista de ‘los 100 más ricos de España’ que El Mundo publicó en su Magazine el pasado domingo ha sido tachada de irreal y ha provocado fuertes críticas a su director y otros responsables del periódico por parte de algunas de las personas que aparecen en esa relación de millonarios. En especial, quienes viven en el País Vasco bajo la amenaza etarra. Otros aludidos han manifestado que «ya les gustaría» ganar las cifras que aparecían en el reportaje.
Publica El Confidencial Digital que las quejas se refieren a que los datos aportados en ese reportaje no corresponden a la realidad, que no se han tenido en cuenta, por ejemplo, los patrimonios consolidados, o que han adjudicado a alguien la totalidad de una empresa cuando en realidad sólo posee un porcentaje, incluso no mayoritario.
También se han escuchado reproches por parte de algunos ‘famosos’ citados en ese informe, porque las cifras de ganancias que se les imputan superan considerablemente la realidad de lo que perciben anualmente. Y apuntan discrepancias incluso sobre lo que dice el informe que ganan otros personajes de ese ámbito.
A través de ellos, durante años los ricos han puesto a salvo su dinero de las garras del fisco, con las Sociedades de Inversión Colectivas, o sicavs, como protagonistas. En estas carteras privadas –de un mínimo de 100 socios, donde muchos de ellos son de paja o mariachis– pero de acceso público, han metido sus ahorros Ortega, Andic (Mango), Rosalía Mera, los Fernández Somoza (ex dueños de Azkar) y los hermanos Gallardo (Almirall), entre otros. Pero estas sociedades –3.365 según la CNMV– «están cayendo en desuso, tanto por las inspecciones de los últimos años como porque, fiscalmente, ya no son más ventajosas que otros instrumentos financieros», aclara Jacobo Zarco, socio director de Atlas Capital.
A poca gente le gusta que se sepa cuánto dinero tiene o qué hace con él. La fortaleza del euro ha llevado a algunos ricos españoles –familia Losantos, Amancio Ortega, los Fermoselle– a invertir en ladrillos y compañías británicas y estadounidenses. «Es relativamente fácil ocultar las inversiones, no hay más que sumarse a un fondo de inversión internacional [Fidelity, Chase Manhattan o UBS], a un fondo de capital riesgo o comprar edificios para que se pierda la pista a un capital que antes era visible», dice Joaquín Porras, socio responsable de Familias en la firma N+1.
Asunto más delicado aún, y que también ha aparecido en esas quejas, es el de la seguridad personal. Porque gran parte de los 100 “más ricos” tiene ya medios adecuados para protegerse (residencias blindadas, escolta personal…), pero hay otros que hasta ahora no lo habían necesitado y que, a raíz de la aparición de sus nombres y hasta de sus fotos (y de algún pariente cercano también), van a plantearse si deben contratar servicios de seguridad y si han de modificar sus modos de vida actuales.
El creso español es un mercader de tejidos, gallego y reservado, de nombre Amancio Ortega. Tras él, los propietarios de las tres principales concesionarias del Estado y otros dos gallegos –hay un total de 10–, Rosalía Mera, su ex mujer, y Manuel Jove, el empresario más afortunado del último lustro. En total, 86 hombres y 14 mujeres –muchos de ellos desconocidos– y 17 novedades, en la tercera edición de Los 100 más ricos de España que publica Magazine.
Se agrava la cuestión en el caso de los afectados que tienen alguna relación con el País Vasco, donde la presencia y actividad de ETA supone un riesgo añadido y muy preocupante.
