Fran Galván (PD).- A base de victorias está recuperando la confianza el Real Madrid. El conjunto blanco ha vivido el partido más cómodo desde que está Juande Ramos en el banquillo, tras ganar 0-3 a un Mallorca que no dio muestras de vida en ningún instante del encuentro.
Gran parte de esta tranquilidad es culpa de Robben. El holandés, que se encuentra en un momento de forma envidiable, adelantó a su equipo en el minuto 2. En una contra muy bien trenzada por el Real Madrid, la culminó Robben con la pierna izquierda tras un pase de Higuaín.
El Madrid había hecho lo más importante, y comenzó a jugar con tranquilidad. “El jugador de cristal”, como le llaman algunos, fue un auténtico puñal por la banda derecha. Cada vez que cogía el balón su defensor, Corrales, se ponía a temblar pues no encontraba la manera de pararle.
Y cuando el Mallorca empezaba a entrar un poco en el partido, el Madrid dio el hachazo definitivo. Una jugada por la banda derecha del Pipita, que le ganó el pulso a Huntelaar para comenzar de titular en el equipo, le da el pase de la muerte a Raúl, y éste con un gran detalle técnico, lo hace de tacón, conseguía el 0-2.
El Madrid se veía con una gran ventaja en el marcador, pero no estaba realizando un gran partido. Con esta ventaja el equipo de blanco se dedicó a dejar pasar los minutos.
La reanudación trajo más de lo mismo: Mucho juego en el centro del campo, con un Lass que estaba en todos los sitios, a este jugador no se le puede exigir mucha calidad pero ocupa mucho terreno de juego y ahoga a sus rivales. Arango acabó desquiciado con el marcaje del nuevo Diarra.
Los dos equipos daban por bueno el resultado hasta que Sergio Ramos apuntilló a los bermellones con un fuerte disparo con la pierna derecha. El lateral parece que está recuperando el nivel que exhibíla temporada pasada.
El Madrid debe mejorar bastante pero parece que está en el camino correcto, el Mallorca por su parte sufrirá bastante esta temporada para conseguir la permanencia.
