(PD).- Vicente Soriano está con el agua al cuello. El presidente del Valencia prometió rebajar la deuda con la venta de Mestalla antes del 31 de enero pero está siendo una tarea imposible. El máximo accionista y ex presidente, Juan Soler, le apremia a que haga algo o le relevará del puesto en unos días.
La relación entre Soriano y Soler no es nada buena. El ex presidente valencianista está esperando la primera oportunidad para apear de la poltrona a Soriano: su intención sería volver al club y situar a Fernando Gómez en la presidencia. Parece que ésta ha llegado, porque Soriano no encuentra financiación suficiente para rebajar la deuda millonaria que está ahogando al club che. Esa fue una de las promesas del actual presidente, que vendería Mestalla y solventaría el tema de la deuda.
Hace unos día Soriano se entrevistó con Juan Bautista Soler, máximo accionista y padre de Juan Soler, para explicarle la situación actual y pedirle más tiempo. Se le concedió más tiempo pero parece que la paciencia se está acabando.
Soriano, por su parte, manifestó que no le preocupa perpetuarse en el cargo, «sino lo que me preocupa es el Valencia» especialmente en lo económico, reiteró. El presidente apuntó que «si tuviera la más mínima duda» sería el primero en marcharse, «pero me siento esperanzado y respaldado por todos los miembros del consejo». Al mismo tiempo desveló que se siente «respaldado institucionalmente». «Bancaja en el último mes nos ha respaldado incluso más de lo que pudiera», descubrió.
El presidente destacó que se «confía en el proyecto porque se confía en las gestiones y el trabajo que se está haciendo y nadie entorpecerá el camino». «El Valencia y su afición es demasiado importante para que alguien juegue con él», mandó a modo de mensaje.
Soriano recordó que cuando accedió al cargo «sabía cual era la situación del Valencia y es delicada, sin paños calientes». El presidente apuntó que para solucionarla había dos formas: «Vender a los mejores jugadores y renunciar a estar entre los mejores o salir adelante sin necesidad de vender a la estrellas».
El presidente manifestó que se optó por la segunda opción. «Me he ocupado de trabajar junto a todos los empleados en revertir la delicada situación», afirmó.
El culebrón parece que está llegando a su fin y el desenlace lo veremos dentro de unos días.
