Silencios de Conde, Pedrojota vs Vocento y publirreportajes «El País»

(PD).- Escribe Manuel R. Ortega en su Brújula de los Medios de El Semanal que quien fuera todopoderoso banquero fue a «La Noria» y se olvidó algunas cosas: «También hubo borrones en el diario de Prisa con su ahora admirado juez. Y los de ABC recibieron un toque».

Mario Conde en La Noria. ¿Valoración? Mejor la obviamos. La entrevista fue flojilla y hubo poco de interés, salvo algunas anécdotas personales y algún leve apunte. Por ejemplo, cuando el ex banquero argumentó que a él lo metieron en el talego por mucho menos de lo que algunos están haciendo, o han hecho, con el dinero de los clientes de sus entidades bancarias.

Hubo algunos aspectos de silencio, y otros por lo que Conde pasó de puntillas. Lo del Rey, por ejemplo. Se echó en falta que nos hubiera contado la historia de cómo y por qué la hermana de Su Majestad acabó trabajando en la Fundación Banesto. Y en lo de poner a caldo –tampoco mucho, la verdad– a José María Aznar, podría haber explicado si la gélida relación entre ambos tuvo algo que ver con las puñeterías que le hizo al entonces jefe de la oposición. ¿O es que se han olvidado ya aquellas risas, con Don Juan Carlos, sobre Charlotín? Claro que todas estas historias probablemente tendría que contarlas su otrora periodista de cámara –que no es Javier Bleda–, socio de cierto productor audiovisual especialista en mojar de todas las salsas, aupado a la estratosfera gracias a su paso por Telefónica.

A relucir salió también el episodio de la supuesta genuflexión de Conde ante Alfonso Guerra, dando su versión, que no coincidió, por supuesto, con la publicada por El Mundo hace unos meses. Por cierto, que Conde se enteró, según él, del artículo por don Julio Ariza, patrón de Intereconomía.

Y ya que hemos mencionado al periódico de Unidad Editorial, este domingo salió bravo con Vocento. Isabel Longhi-Bracaglia firmaba una interesante noticia sobre la situación económica del grupo editor, entre otros, de ABC, al que señalaba como lastre del mismo. Los números rojos de Vocento son tela marinera, como recogió El Semanal Digital. En cuanto al reportaje, son cosas que pasan cuando se le tocan las narices a Pedrojota. Porque en Unidad Editorial atribuyen algunos soplos sobre el director de El Mundo y las relaciones con sus patrones italianos a personas de alto copete muy vinculadas al actual consejero delegado de Vocento, José Manuel Vargas.

No es que El Mundo esté para tirar cohetes con la actual coyuntura, que dirían los relamidos expertos financieros. En realidad, ninguno de los grandes grupos editoriales de prensa lo están, tras años de atar los galgos con longaniza. Pero los cañones de Pedrojota son más modernos y sus proyectiles tienen mayor calibre. El quid de la cuestión en lo de Vocento, a todo esto, es el señor Vargas y lo que puede arrastrar si cae.

De todas formas, hay que reconocer que el ABC de Ángel Expósito se ha llevado el gato al agua con sus exclusivas gallegas. Dicen por ahí que todo llegaba calentito a la redacción del periódico pese a que las fotos y las informaciones estuvieron bajo llave durante semanas, esperando el momento adecuado. Estratégicamente, e independientemente de los resultados electorales, ha sido un golpe maestro.

Todo lo contrario que El País el otro día imputando a Esteban González-Pons. Lo sorprendente es que en su edición dominical Luis Gómez y José Yoldi firmaban un publirreportaje dándole jabón Heno de Pravia a Baltasar Garzón. «Van a por él», podía leerse en el titular. Y a uno le quedaba la duda de si se trataba del PP, de Felipe González, de ETA, del fantasma de Pinochet o de los espíritus de los muflones abatidos a tiros. Desde luego, ni una palabra sobre las pifias del «juez estrella».

¡Qué cosas! En el A tu Salud de La Razón Ernesto Sáenz de Buruaga, entrevistado por José Antonio Naranjo en su sección, aparecía bajo un titular tan llamativo como el del publireportaje garzoniano de El País: «Quiero aprender a disfrutar». Cómo está el patio…

Aunque, en realidad, y ya nos ponemos serios, al hilo de la polémica con las fotos de Marta del Castillo sacadas de Tuenti, Alba Jiménez publicaba en el mencionado suplemento un interesante reportaje sobre cómo las redes sociales pueden dar disgustos. No solo a adolescentes (que se lo digan a Nanín o a Jacobo Gordon, el amiguete de Alejandro Agag) ya que cada vez aumenta el número de adictos.

Y nos reíamos cuando Tam-Tam-Go cantaba aquello de Atrapados en la Red…

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