El triunfo de la telebasura en la BBC

El triunfo de la telebasura en la BBC

(PD).- La rentable telebasura británica se ha instalado hasta en la BBC. El órgano regulador de la televisión de las islas ha sancionado a la cadena pública a pagar 160.000 euros por una broma de pésimo gusto unos presentadores. El problema es que éstos son las estrellas de la cadena pública y sus seguidores aumentan con cada escándalo que protagonizan.

Ocurrió en octubre del pasado año cuando dos de sus presentadores, Russell Brand y Johnathan Ross realizaron llamadas y bromas de mal gusto durante la emisión de su programa de radio en directo al actor Andrew Sachs, una de las estrellas de la comedia ‘Torres Fawlty’. Ross llegó a asegurar que el actor había sido tratado recientemente por su adicción al sexo, que se había acostado con su nieta y que, si escuchaba esas declaraciones, podría llegar a suicidarse.

Esta broma provocó las iras de los oyentes y del agente de Sachs, que pidió una rectificación. Pero Ross, ni corto ni perezoso, siguió enviando mensajes obscenos al teléfono del actor. Todo porque éste no quiso ponerse al teléfono en una entrevista para promover un programa de televisión.

La BBC, que no tardó en pedir disculpas, poco o nada hizo por pararles los pies al presentador a pesar de las quejas de 40.000 personas. En cambio cargó tintas contra dos ejecutivos de Radio 2.

Ahora, el organismo que controla las televisiones británicas, Ofcom, ha impuesto una multa de 150.000 libras a la BBC por un programa al que considera «de alto riesgo».

A pesar de que la broma le ha costado miles de euros, multitud de quejas de oyentes y espectadores y la salida de algunos de sus principales directivos, la BBC parece estar siguiendo un doble juego a tenor del éxito de Ross.

No era la primera vez que permitía el peculiar humor del presentador. A principios de año, la cadena recibió muchas críticas después de que Ross se burlara de una anciana granadina de 84 años con Alzheimer.

Las bromas del presentador se produjeron durante una conversación con el ciudadano británico Andy Davies, residente de la citada localidad granadina. Davies explicó a Ross que estaba pensando en construir un muro para evitar a su vecina -la propia Guzmán-, que intentaba besarle siempre que lo veía.

Posteriormente, Ross le pidió a su interlocutor dar a la anciana «una última noche por caridad». «Dios mío, 80 años. Deberías darle una última noche antes de llegar a la tumba». ¿Es que acaso te mataría?» preguntó con ironía el presentador.

La cadena, por su parte, sólo justificó al presentador al entender que no había mala intención en su comentario.

Y es que desde que el pasado enero volviera de cumplir una suspensión de 12 semanas, Ross no para. Además de reincorporarse a su programa en Radio 2, se estrenó en televisión con ‘Friday Night with Jonathan Ross’, que ha sido nominado para los prestigiosos premios Bafta.

No se trata de una novedad

La BBC no puede permitirse el lujo de desprenderse de uno de los presentadores preferidos de la audiencia británica, acostumbrada al escándalo de los tabloides y personajes como Jade Goody. Las arcas de la cadena pública pasan por sus peores momentos y se ha notado un progresivo empeoramiento de sus contenidos.

Ya el pasado año, sus presentadores protagonizaron varias salidas de tono por sus bromas de dudoso gusto. La cadena publica incluso despidió a dos periodistas, uno por hacer comentarios jocosos sobre la tragedia de Barajas, y otra por racista.

Tampoco el mundo de la política se queda aparte. Jeremy Clarkson, popular presentador de ‘Top Gear’, programa dedicado al motor, se refirió al primer ministro británico, Gordon Brown, como un «idiota escocés tuerto». Estas declaraciones provocaron la reacción inmediata de compañeros y rivales políticos del primer ministro aunque Clarkson no fue despedido.

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