¿Cuándo explotará la burbuja de los sindicatos de Telemadrid?

(PD).- Vivir en una burbuja en los tiempos que corren es imprudente e incluso peligroso. No por obviar los problemas de nuestro entorno nos dejarán de afectar, al contrario, cuanto más tarde nos enfrentemos a ellos más difícil será solucionarlos. De nada sirve cerrar los ojos o mirar hacia el otro lado.

Ese sería el consejo que yo le daría hoy a los sindicatos de Telemadrid, que vuelven a poner el crespón negro a los tributos de los madrileños en su propio beneficio. Hoy han conseguido volver a teñir de negro la emisión de la televisión pública madrileña y han titulado su obra como la dictadura de la irrealidad.

Los sindicatos viven en una burbuja, olvidan la difícil realidad de los medios de comunicación, de las televisiones públicas, inmersas en su propia crisis de identidad y en la peor crisis económica que ha sufrido nuestro país en décadas.

En estos tiempos que corren donde todas las empresas flexibilizan sus plantillas, se congelan los sueldos en pro de la estabilidad, donde los recortes y ajustes de cinturón llegan a todos los sectores, cuando Zapatero cuestiona la publicidad de las televisiones públicas y Esperanza Aguirre pide que cambien la ley para poder privatizar Telemadrid, si no le facilitan su financiación.

Los sindicatos de la televisión autonómica siguen aferrándose a unos privilegios salariales y laborales que ya quisieran muchos trabajadores de las nuevas televisiones nacionales, e incluso, de otras autonómicas. Piden más dinero, más días libres, no entienden la palabra flexibilidad laboral y están dispuestos a acabar con la televisión antes que reconocer que el mundo ha cambiado y que ellos son unos privilegiados.

De hecho, cuando pienso en la terrible situación que está atravesando Telemadrid y el pulso de sus sindicatos me viene a la cabeza la historia del Rey Salomón y la historia del niño que dos supuestas madres se disputaban.

Los sindicatos jugarían el papel de la madre dispuesta a quedarse con una parte del cuerpo de su hijo, a pesar de que eso implicaría su muerte, antes que reconocer que se había equivocado.

¿No sería más coherente ser flexibles en pro de que Telemadrid consiga vivir? Telemadrid, a punto de cumplir 20 años y gracias a sus sindicalistas en el punto de mira, en cuanto a su función social, su financiación, su estructura laboral, en definitiva, en cuanto a su capacidad de seguir siendo lo que es actualmente.

Señores y señoras sindicalistas, hace mucho frio ahí fuera. Por lo tanto, no deberían quemar su propia casa con ustedes dentro. A lo mejor tienen que dejar de ver películas como Matrix para volver a discernir lo que es ilusión o realidad. Pero olvidaba, que los sindicalistas nunca se queman.

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