La metamorfosis de Susan Boyle

La metamorfosis de Susan Boyle

(PD).- Susan Boyle ya no tiene el mocho de pelo grisáceo con el que triunfó ante la audiencia en el concurso de talentos de la televisión británica ITV. Saber que todo el planeta te mira -más de cien millones de visitas han tenido en internet los vídeos de su intervención televisiva, cantando con voz de ángel un tema del conocido musical «Los miserables»- han producido un milagro.

Susan Boyle, escocesa de 48 años, soltera y sin noviazgos en su vida (por su no muy agraciado aspecto, pero también porque prefirió dedicarse a cuidar a sus padres mayores) ha ido a la peluquería.

Explica Emili J. Blasco en ABC que se ha cortado un poco el pelo y se lo ha teñido de castaño. También se ha arreglado las pobladas cejas que había mostrado en el conocido concurso de televisión.

Un poquito de vanidad, pero sin excesos: no se ha hecho cuidar por ningún gran estilista, sino que ha ido a la peluquería del barrio, en la localidad cercana a Edimburgo en la que reside. Lavar, cortar y teñir le ha costado 38 euros. La depilación de cejas, le ha costado 5,5 euros.

Boyle podría haber deseado un cambio de «look» mucho más pronunciado. De momento sólo se ha arreglado el pelo y se ha echado encima una cazadora negra de piel que da un aspecto más juvenil. También se ha dejado ver con gafas. Fuentes de ITV citadas por «The Sun» aseguran que el concurso musical en el que participa -hace diez días la escocesa tuvo su primera aparición clasificatoria y se supone que pasará a fases finales- le exige que no modifique demasiado su aspecto. «No sería correcto hacer ahora de Susan un completo glamour. La gente se ha enomorado de la Susan real. No queremos que cambie lo que enamoró a la gente», señalaron esas fuentes.

Estilistas a sus pies
Pero las tentaciones son constantes para Boyle. El Clothes Show London, certamen de boda y belleza que tiene lugar estos días en la capital británica, ha ofrecido poner su servicio los mejores estilitas.

No es la única oferta: le están lloviendo peticiones de todo tipo, desde la posibilidad de llevar su vida a la gran pantalla, al ofrecimiento de una gran suma por perder su virginidad en una película pornográfica.

Boyle, católica que participa en las labores asistenciales de la iglesia local, está consiguiendo mantener la cabeza fría.

El meteórico ascenso de su fama la he hecho un personaje ya popular en muchos países, también en Estados Unidos, donde ha sido entrevistada en conexión vía satélite en varios programas de máxima audiencia.

El «fenómeno Boyle» ha llegado también a la polémica serie de dibujos «South Park», donde se cita el impacto global de la escocesa.


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