(PD).- El periodista colombiano J. Everardo Aguilar, de 72 años, fue asesinado de varios disparos por un sicario en su propia casa de la localidad de El Bordo, en el municipio de El Patía, suroeste del país.
Aguilar, que trabajó en varios medios escritos y en emisoras, actualmente era corresponsal de la cadena de emisoras Radio Súper en esa localidad del departamento del Cauca.
Fuentes policiales han señalado que un hombre joven llegó hasta la casa del reconocido periodista, en las afueras de la población con el pretexto de entregarle algunas fotografías. Cuando Aguilar salió a atenderle, el desconocido sacó un arma y le disparó en varias ocasiones, antes de darse a la fuga, según relataron familiares a la policía.
«Fue una persona que sin temor alguno y con su estilo particular, siempre denunció con nombre propio a los corruptos y los actos de corrupción que se han registrado en los diferentes niveles de la administración», señaló un informe de Radio Super en Popayán capital del Cauca.
Añadió que Aguilar «fue una persona que registraba el diario acontecer del sur del departamento del Cauca y Norte de Nariño, como él mismo lo pronunciaba en sus salidas para los informes periodísticos que enviaba a diario».
El crimen del periodista, que trabajaba en esa región colombiana desde hacía más de 30 años, ha causado conmoción y condena.
El comandante de Policía de Cauca, coronel Luis Joaquín Camacho Sarmiento, ha reconocido que desde el viernes en la noche, cuando se registro el crimen, unidades policiales y otras fuerzas de apoyo iniciaron una gran operación en toda la jurisdicción para tratar de establecer los móviles y paradero de los asesinos.
Aguilar, que también trabajó en las cadenas Caracol Radio y Radio Cadena Nacional (RCN), deja una viuda y diez hijos. Colombia fue, hasta hace pocos años, uno de los países del mundo más peligrosos para el ejercicio de la profesión.
Según un informe reciente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), 57 de 125 periodistas colombianos fueron asesinados entre 1993 y 2007 por razones de oficio. En 2008, sin embargo, no se registró ningún asesinato. Hubo uno en 2007 y seis, en 2006.
