(PD).- Castigar sin castigar. He aquí la paradoja de la decisión que ha adoptado el Consejo Mundial de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) a propósito de las mentiras de McLaren.
Los jueces reunidos esta mañana en París castigan a la escudería británica privándola de competir en tres pruebas del campeonato, pero la pena queda en suspenso, en el limbo, toda vez que el propio Consejo Mundial aprecia el arrepentimiento y el propósito de enmienda de McLaren.
Quiere decirse que se abre un periodo cautelar de doce meses. Y que en caso de producirse nuevas transgresiones al reglamento se hará inmediata la eliminación de McLaren en las tres pruebas ya contempladas.
La sanción gaseosa de la FIA responde y no responde a las anomalías que Hamilton y su escudería protagonizaron en el Gran Premio de Australia. El vehículo del piloto británico se dejó adelantar por el monoplaza de Trulli cuando la carrera estaba neutralizada. La versión oficial de McLaren consistía en que fue un lance accidental, pero las grabaciones a disposición, todas ellas analizadas en París, demuestra que se trataba de una táctica.
«Habiendo considerado la manera honesta y abierta en que el jefe del equipo McLaren Martin Whitmarsh se dirigió al Consejo de Automovilismo Deportivo Mundial y el cambio de cultura que dejó claro que va a tener lugar en su organización, hemos decidido suspender la aplicación de la sanción que estimaba adecuada», dijo la FIA en un comunicado.
