La frase es suya. La escribió las pasadas Navidades, junto a su firma, en el mensaje que envió a algunos de sus mejores amigos desde el lejano Paraguay. Ahora, se ha hecho realidad. Julián Lago, gran tipo y enorme periodista, se debate entre la vida y la muerte.
Julián había decidido unas semanas antes de enviar ese mensaje, dejarlo todo y marcharse al Paraguay y allí, en la zona más remota, selvática y pobre del país, ayudar a comunidades de indios guaraníes.
Nos dijo que ya no volvería. Que le dejaban de interesar las tertulias de televisión, los debates en la radio, las fiestas, los oropeles y el narcisista y cerrado mundillo periodístico.
Este viernes, un motorista que iba a gran velocidad por un pobre pueblo llamado Coronel Ovido, a 120 kilómetros de Asunción, la capital de Paraguay, lo atropelló.
Seis horas tardó la ambulancia en llevarlo al hospital más cercano (Hospital Bautista).
Las últimas noticias que llegan del Hospital
Parte médico del dr. Cristaldo:
Julián Lago está en una etapa bastante delicada, aunque hay señales bastante positivas al haber revertido un signo neurológico que al principio era bastante grave, que es lo que nosotros llamamos anisocoria, o sea, la dilatación de la pupila del lado derecho, el lado de la hematoma, que desapareció.
Felizmente, hasta el momento no ha aparecido ninguna complicación clínica y desde el punto de vista neurológico hay signos favorables que alientan de que está mejorando, ya que la cirugía fue bastante oportuna.
Hay que subrayar la sorprendente fortaleza de Julián y su reacción tras la operación a vida o muerte, tras un largo viaje de seis horas en una ambulancia desde la localidad de Coronel Oviedo donde se le hizo un primer diagnóstico erróneo, especialmente en sus circunstancias actuales, ya que padecía desde hace dos años una grave insuficiencia renal, además de sus problemas cardiovasculares.
El golpe ha sido muy grande y aún se ha de esperar hasta mañana para irle retirando poco a poco el sedante y comprobar sus reacciones.
Hasta el hospital han llegado varias decenas de miembros de las comunidades guaraníes del departamento de Caaguazú, donde Julián se encontraba ayudando y proyectaba entre otras mejoras la creación de una biblioteca y una escuela.
EL ACCIDENTE
El accidente ocurrió a 120 kilómetros de Asunción, en el pueblo de Coronel Oviedo, donde se encuentra preparando la construcción de una escuela para alfabetizar a los niños guaraníes y ha comprado ganado para varias familias del pueblo; allí, un motorista de 23 años arrolló a Julián cuando bajó de su automóvil; a continuación ingresó en un hospital local, el Insaulrralde, con una brecha y le hicieron una primera cura de urgencia y un diagnóstico erróneo tras la lectura de una tomografía.
Tras ingresarlo en una de las habitaciones, el dr. César Insaurralde comprobó que los ojos de Julián se estaban tiñendo de sangre y que estaba a punto de perder el conocimiento; una ambulancia vino desde Asunción para llevarlo al Hospital Bautista, donde se le operó con carácter de urgencia y drenó el coágulo de sangre que le oprimía el cerebro.
En estos momentos sigue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Tras las primeras 24 horas en las que el paciente daba síntomas de graves daños cerebrales y en principio irreversibles, en estos momentos parece que hay una leve mejoría y que cada vez que pasan las horas hay más esperanza.
