(PD).- El español Rafael Nadal sólo piensa ahora en la piscina de su casa, tras caer en los octavos de final de Roland Garros ante el sueco Robin Soderling, y allí, en su hogar de Manacor, celebrará por primera vez en un lustro su cumpleaños (el 23º), aunque sin la Copa de los Mosqueteros al lado.
«Ahora, mi preparación es para la piscina de mi casa. Dadme tres días más para pensar en mi puesta a punto para Wimbledon», dijo Nadal, para responder a la típica pregunta de los medios de comunicación ingleses cuando un campeón cae en París.
«Será la primera vez que no celebraré mi ‘cumple’ sin ganar aquí. Perder en París no es una tragedia, porque tenía que perder aquí algún día. Es un pinchazo que hay que asumir, y olvidar cuanto antes», dijo.
Nadal asumió la derrota sin excusas. «Hay que aceptarla. Jugué muy corto, sin agresividad, sin calma durante todo el partido. Fue mi culpa más que… pero él lo hizo muy bien. Hoy, no jugué mi tenis, ésa es la razón de mi derrota», dijo el español, «no tengo ninguna excusa».
El español fue irónico y demasiado caballero con el público francés, que siempre acostumbra a animar a todos sus rivales.
«No siento nada, estoy acostumbrado (al público), a oír el nombre de los rivales con los que juego, y me los tengo bien aprendidos cuando acabo. Es una pena que este público no haya tenido nunca un detalle conmigo. Ojalá un año lo tengan», señaló.
«No es mi mejor día, no estoy feliz», dijo Nadal con la calma que le faltó en el partido de hoy. «Es duro cuando pierdes en Grand Slams, y especial en uno en el que tienes las mejores oportunidades para ganarlo, pero tengo que tener confianza para seguir trabajando y luchando», expresó, «ganar aquí era un objetivo más pero al final es un partido más también».
Nadal comentó que ahora ve en el suizo Roger Federer al principal favorito para ganar el título. «Todos los que están en cuartos tienen opciones pero para Federer sería bueno para completar su Grand Slam. Lleva muchos años insistiendo y ha tenido mala suerte de perder tres finales y una semifinal», dijo.
Sin calma
Nadal insistió en que en «ningún momento» tuvo calma. «En realidad el partido empezó muy mal para mí, y el segundo set debí ganarlo por 6-4, cuando tuve saque a favor y lo perdí, un síntoma de que no tenía calma. Luego lo salvé con lucha, pero para ganar no es suficiente, hay que jugar bien al tenis. Hoy, he luchado mucho pero he perdido por falta de calma y de jugar bien», dijo.
«Las derrotas no engrandecen nada por desgracia, pero también uno se da cuenta de la dificultad de lo que he hecho hasta hoy. Ayuda a valorar todo lo que he hecho anteriormente», comentó.
«En el calentamiento, me había sentido bastante bien pero en el partido no. Me he parado en seco y hay que aceptar la derrota, lo mismo que se han aceptado las victorias, con la cabeza abierta para aprender. Hay que aprender perdiendo y trabajar en lo que he fallado y afrontar mejor los siguientes torneos», fue su plegaria.
«Todos los que practicamos deportes sabemos que salimos para ganar o perder. Hay que aceptar las dos cosas. Uno no se puede venir abajo para perder un partido o muy arriba para ganarlo. Nadie se acuerda de las victorias, sólo de las derrotas. Para Wimbledon, hay poco tiempo pero hay que seguir adelante y prepararme lo mejor posible», dijo.
«No he perdido una final, sólo un partido de octavos de final. No es la peor derrota de mi carrera», finalizó.