(PD).- David Villa no está dispuesto a que otra jugada de sus directivos le impida fichar por un grande. Cuando todo estaba hecho con el Real Madrid, tuvo que tragar porque Soriano, en el último momento, no quiso cumplir su palabra. Ahora con distinto presidente, Llorente, y pretendiente, el Barcelona, está dispuesto a poner dinero de su bolsillo para fichar por el equipo catalán.
El precio del que se viene hablando, la oferta «escandalosamente escandalosa» de la que hablaba el presidente valencianista es de 50 millones de euros. El Barça no pasa de los 42. Esos ocho que faltan los pondría el propio Villa de su bolsillo.
Según la prensa de Cataluña, el sueldo del asturiano como culé sería de 7,5 millones de euros. Pues bien, estaría dispuesto a cobrar 5,5 millones por cuatro o cinco temporadas, de manera que los diez millones que perdería sirvieran para cristalizar su pase al club azulgrana.
No se engañen, no es ‘seny’ culé por parte del asturiano, pues el contrato con el Real Madrid estaba completamente cerrado hace unos meses y Llorente se acabó echando atrás. Tampoco era madridismo entonces. Simplemente, es el deseo de cumplir el derecho lógico e infinitamente lícito que tiene todo trabajador a mejorar, laboralmente hablando.
Villa quiere jugar la Champions y, gastada la bala blanca de su recámara, la única opción que le queda en España es Can Barça. Más allá de sentimentalismos, lo que está claro es que no quiere seguir en el Valencia, donde considera que su ciclo ya ha terminado. Así se lo hizo saber a Llorente en la reunión que mantuvieron el pasado lunes en Madrid.
El presidente valencianista parece ahora más preocupado en la ampliación de capital que en la estrella de su equipo, pero en el fondo y por más que ratifique el «cariño» que le tienen a su estrella, espera la oferta azulgrana. El Barça, por su parte, no renuncia a otras opciones, llámese Forlán (El padre del jugador ya ha empezado a marear la perdiz), pero Txiki sabe que Guardiola prefiere al ‘guaje’. Habrá nuevo capítulo del culebrón en los próximos días.
