(PD).- Resulta indignante que la cadena pública británica siga llamando grupo separatista vasco a los asesinos terroristas de ETA. Pero cuando además de utilizar esa definición dan más importancia al atasco organizado que al asesinato mismo de dos personas ya es sospechoso.
Dan igual las sentencias del Supremo, que haya sido incluida en la lista de grupos terroristas o que asesinen a sangre fría a inocentes. Para la BBC siguen siendo un casi inofensivo grupo separatista. Llama la atención que la cadena pública de un país que ha sufrido tan profusamente el terrorismo sea tan irrespetuoso al tratar estos temas en el extranjero.
Hace meses, la cadena británica atribuía al «grupo militante vasco» la «ejecución» del empresario vasco Ignacio Uría, asesinado por ETA en diciembre de 2008. Todo ello formaba parte de la «campaña para la independencia de la nación vasca».
Con el reciente asesinato de dos guardias civiles en Mallorca, la cadena británica vuelve a las andadas de la manera más grosera posible. La BBC ha dejado de lado las muertes de los dos agentes para destacar el tráfico aéreo organizado por el crimen.
Bajo el titular Britons stuck in Majorca fly home -en la portada enlazado como Bomb disrupts UK holidays-, la cadena pública británica incidía en el hecho que varios veraneantes británicos se habían quedado atascados en el aeropuerto mallorquín por la bomba de ETA.
En otra noticia publicada una hora después, la BBC volvía a señalar que «miles de turistas se habían visto afectados como muchos vuelos que regresaban de otras islas españolas».
El Gobierno ha culpado al grupo separatista vasco ETA.
En esta información también se hacía referencia a muertes producto de la «campaña por la independencia». Además, incluía el análisis de la corresponsal británica en Madrid, Marian Hens, quien explica que ETA «intenta así presentar» este crimen como señal «de la renovada fuerza del grupo».
Después de las detenciones de sus líderes y de la exitosa campaña antiterrorista emprendida por las autoridades españoles y francesas, el grupo separatista armado vasco ha ido perdiendo terreno gradualmente.
En los últimos años, la organización ha visto erosionada su política de base y su apoyo en el País Vasco ha caído a los niveles más bajos en la historia del grupo.
