El Gorila Rojo y su persecución al periodista en Venezuela

El Gorila Rojo y su persecución al periodista en Venezuela

El periodismo en Venezuela, d epor si profesión peligrosa debido a la veleidades censoras del presidente Hugo Chávez, ha dado una vuelta de tuerca más en su peligrosidad tras la brutal agresión a doce reporteros perpetrada la pasada semana por seguidores del Gorila Rojo. Reporteros Sin Fronteras (RSF), consciente de que los repressores seguirán tensando la cuerda, ha pedido que un «debate nacional» en Venezuela sobre la situación de los medios de comunicación.

Así lo ha hecho saber a través de un comunicado en el que ha reconocido que «el Gobierno ha dado muestras reales de lucha contra la impunidad», y a su vez, ha mostrado su temor por un contexto «tan extremo» con «nuevas legislaciones controvertidas y recientes cierres de medios de comunicación».

Una situación que hace que «el Gobierno se vea cada vez más desbordado por unos militantes extremistas que se valen de él».

La organización ha querido recordar que doce periodistas venezolanos resultaron heridos el pasado viernes al ser atacados por un grupo de presuntos seguidores del Gobierno, mientras se manifestaban pacíficamente en Caracas a favor de la libertad de expresión y contra la aprobación de la Ley Orgánica de Educación.

De este modo, RSF saluda la detención de Gabriel Uzcátegui, trabajador de la Fundación paraestatal Simón Rodríguez, el pasado sábado, al sospecharse que pudo participar en la violenta agresión contra los periodistas de la Cadena Capriles, una de las mayores editoras de prensa del país, y de los que ocho resultaron gravemente heridos.

Chávez condenó sin reservas los hechos poco después del arresto del único detenido y denunció la violencia ejercida el pasado 3 de agosto contra la cadena Globovisión, muy crítica con él.

A su vez, la organización para la defensa de la libertad de prensa ha destacado que «el nuevo arsenal legislativo en materia de prensa suscita muy fuertes controversias» en Venezuela.

El ejemplo más claro se ha visto después de que la Asamblea Nacional rechazara el voto de una ley contra los delitos mediáticos, para después aprobar la Ley de Educación, que retoma algunas disposiciones del anterior proyecto de ley sobre ofensas a la «moral pública» o a la «salud mental» cometidas por los medios de comunicación, informa la ONG.

Por otra parte, el gremio de periodistas venezolanos se ha declarado en ‘emergencia’, por los últimos acontecimientos acaecidos.

En una asamblea, los periodistas se declararon en ‘sesión permanente y en emergencia’, a fin de movilizarse para exigir justicia por las agresiones y respeto al derecho de expresión.

«Estamos en una situación de emergencia los periodistas venezolanos», ha afirmado el presidente del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), William Echeverría.

Echeverría ha agregado que la posición adoptada no se debe sólo a las agresiones físicas sufridas por los colegas de la ‘Cadena Capriles’, sino por los «problemas de acceso a la información de carácter público» que enfrenta a los reporteros de medios independientes.

En el último mes los periodistas venezolanos sufrieron desde agresiones físicas y cierre de medios hasta amenazas ilegales.

El mes pasado, la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, propuso una ley contra los delitos ‘mediáticos’, cuya discusión fue temporalmente rechazada en el Congreso.

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