El madridismo necesitaba una noche así. El pueblo, el equipo, Pellegrini… Y Robben, claro. Una noche grande y, encima, en Alemania, lugar siempre complicado para los blancos. Una noche para soñar: eso fue la de ayer.
Porque como escribe Tomás Guasch en AS, el juego no puede ser ahora el que se espera sea dentro de un par de meses, y esto es puro cajón, el festival fue de remate: y el que tiene eso, tiene una mina. Cinco goles, un balonazo de Cristiano al larguero. ¡Ay, madre el Madrid con espacios!
El Real Madrid sigue preocupando en defensa y maravillando arriba. Ayer lo dejó claro en Alemania. Cuando los teutones aún no habían ocupado su asiento, taconazo de Kaká y balón en bandeja a Granero que se tradujo en el primer gol del partido cuando apenas se habían disputado dos minutos.
Tras el tempranero gol, la primera parte transcurrió entre contragolpes madridistas y balones colgados al área de Casillas, que con apuros fue achicando la defensa. Fútbol a brochazos y una filigrana a medias entre Granero y Kaká en una baldosa del área alemana que terminó con el balón despejado por Weidenfeller, lo más destacable antes del descanso.
Buena segunda parte
En la segunda mita, el Madrid se lavó la cara y salió a jugar otro partido. A Kaká le tocó exhibirse y subió las revoluciones del engranaje madridista. Robben, que sustituyó tras el descanso a Granero, se encontró un rechace en la frontal tras un córner lanzado por el brasileño y lo aprovechó para mandar el balón a la escuadra.
Ahí se desinfló el Borussia, que había reducido sus opciones a colgar balones para probar la estabilidad de la defensa madridista, más solvente tras el descanso. La segunda parte siguió con el guión. Kaká y Robben rindiendo a buen nivel y el Madrid afinando su puntería de cara al inicio de la temporada. El tercero fue otra conexión entre el brasileño y el holandés, que le dejó el balón a Higuaín para que empujara el tercero.
Después, Kaká se estrenó como goleador al transformar un penalti cometido sobre Robben. Y mientras las gradas del Iduma Park cantaban el «cumpleaños feliz» a su equipo el día de su cien cumpleaños. Raúl aprovechó un saque de Casillas para poner la manita. Resultado demasiado abultado, pero buenas sensaciones en el conjunto de Pellegrini.
