El año pasado el Wigan le arrebató la FA Cup en la gran final al imponerse por 0-1. Entonces el equipo era entrenado por el español Roberto Martínez, que acabó descendiendo de categoría. Aquel día el Manchester City cayó ante la sorpresa general, algo que se ha vuelto a repetir meses después. El equipo de Pellegrini se quedó fuera de la presente edición al caer en casa ante el Wigan por 1-2.
El club inglés naufragó ante su público. Y eso que Pellegrini apostó por un once con olor a titular, con Yaya Touré, Nasri, el Kun Agüero y los españoles Navas, Javi García y Negredo. Los ‘citizens’ completaron una primera parte para olvidar, en la que apenas crearon ocasiones de gol. El Wigan aprovechó un penalti cometido por Demichelis para adelantarse en el marcador. Fue el español Jordi Gómez el que aprovechó el regalo del zaguero argentino.
Peor no pudo comenzar la segunda parte, pues cuando apenas se había consumido un minuto, James Perch hacía el segundo. Clichy ‘se durmió’ y el jugador del Wigan aprovechó la ocasión para batir a Pantilimon. Poco después, Jesús Navas estuvo cerca de acortar distancias, pero el balón se fue algo desviado tras un buen remate.
En el minuto 54 Pellegrini realizó un triple cambio, ingresando en el terreno de juego Dzeko, Silva y Milner, siendo sacrificados Navas, Negredo y Yaya Touré. A partir de ese instante, con las líneas del Wigan bien atrasadas, dio comienzo un asedio total y absoluto del Manchester City.
Los cambios surtieron efecto, pues Silva enchufó a su equipo al partido. A los 66 minutos, Dzeko rozó el gol, pero un poste lo impidió. El bosnio remató en el segundo palo tras un soberbio pase de Clichy, pero el gol no llegó. Poco después no falló Nasri. El mediocampista francés remató de media volea, el balón pasó entre un mar de piernas y Carson, guardameta del Wigan, no pudo evitar el gol.
Había tiempo de sobra para al menos empatar y el partido ya se convirtió en un monólogo del Manchester City. El Kun, poco acertado hasta ese momento, estuvo en un tris de igualar el partido. Se internó, cayó al suelo y un despeje rebotó en su cuerpo, estando el balón muy cerca de colarse en la portería de Carson.
Dzeko pasó a tomar el protagonismo y hasta en tres oportunidades pudo conseguir el gol del empate. Primero entre Carson y un defensa lo evitaron, poco después fue otro jugador del Wigan el que evitó el gol a un metro de la línea de la portería y, por último, el bosnio no la encontró con otro buen disparo. El Etihad Stadium se desesperaba y acabó decepcionado. Los últimos intentos del equipo de Pellegrini se quedaron en nada. El fracaso era un hecho consumado…
